En la sociedad de la información y el conocimiento que estamos transitando, la información y capacidad de generar conocimiento se consideran estructuradores de las relaciones sociales y económicas. Así es como, en los actuales sistemas productivos, el conocimiento es un insumo y un producto a la vez. Por lo que, todo sistema productivo, será la combinación de tecnología en la elaboración de productos y una nueva organización y gestión de los procesos de producción, donde el hombre debe intervenir con una fuerza de trabajo cada vez mas intensiva, calificada, diversa y cooperativa, impactando esto en la educación del trabajador y sus calificaciones, saberes, destrezas, conocimiento y aptitudes para obtener mayor información y conocimiento. Por lo que, las nuevas exigencias que impone esta fuerza laboral, tienen efectos sobre las instituciones educativas y su relación con las titulaciones formales otorgadas por el sistema educativo y las exigencias del sistema productivo.


Identificada la Argentina como un "mercado emergente", al volverse propicia para excedentes de liquidez financiera de otros países, sumado a la descapitalización y atraso en la tecnología de los sistemas productivos de la misma, genera una necesidad imperiosa de modernización de las empresas, incluidas la formación de sus trabajadores.

En nuestro sistema productivo, la demanda laboral no puede absorber toda la fuerza laboral con capacitación formal existente.

Esta tesis, llevaría a sostener que un trabajador con mayor capacitación tendría una mayor probabilidad de encontrarse no desocupado. Por lo tanto, al incrementarse la capacitación de la mano de obra manteniéndose la demanda laboral fija, habría una mayor desocupación. Por lo que se impone que, en un país como el nuestro, el aumento de la producción tiene que ir de la mano de un incremento en el nivel educativo de los trabajadores, es decir, que haya una equilibrada inversión en Capital Humano.


La estructura ocupacional de las empresas, impide la inclusión de personas con mayores titulaciones y capacitación, lo que comienza a darle protagonismo e importancia a lo que se denomina "subeducación". Esto supone que, existe una subutilización de personas con titulación por una menor demanda y los cargos en las empresas que requieren menos calificación son ocupados por personas con exceso de titulación para los mismos, dejando sin trabajo a personas subeducadas.


Las personas con mayor nivel educativo ocupan cargos que requerirían menor calificación; las persona con menor nivel educativo, tienen menores posibilidades de encontrar empleo por ser reemplazadas por personas con mayores titulaciones y las personas con mayor formación ocupan puestos donde son subvaluadas sus competencias. Las mayores formaciones se refieren a personas con secundario completo o superior incompleto, por lo que, el nivel universitario es el que se observaría más amenazado.


Este contexto de relaciones entre economía, trabajo y educación en Argentina, tienden hacia una sobreeducación y subcalificación de la fuerza del trabajo, desempleo, pobreza e incremento de la subeducación. La solución estaría en generar una planificación a largo plazo, con el objeto de orientar la política educativa con el proceso de economía global (siguiendo los paradigmas productivos de países centrales). Este plan debería surgir de un diagnóstico certero de la realidad seguido de la elaboración del mismo entre Estado, empresas, instituciones educativas, gremios, comunidad y otros organismos para poder imaginar un resultado exitoso.