No hay nada peor que la indefinición, dicen en las filas internas del peronismo. Y si lo dicen es porque lo sienten, porque lo sufren. Se nota desde afuera que hay en el conjunto una especie de energía contenida que se acumula y que busca escapar sin éxito. La tapa a esa energía acumulada es, justamente, la falta de definiciones en la cúpula del PJ. Y esa línea no se verá hasta que José Luis Gioja salga a decir qué hará él. Hasta ese día, los dirigentes trabajan bajo la idea de que el gobernador tratará de repetir otro mandato, hipótesis basada en tenues señales y en la conjetura de suponer que el peronismo no quiere que le vuelva a ocurrir lo que ya le sucedió en las PASO de 2013, cuándo Eduardo Cáceres les quitó una banca de diputado nacional por no dejar que hayan internas. Pero ojo, el "dejar jugar" del que habla Gioja, no es un "viva la Pepa". Un profesional cercano a las decisiones en las altas esferas del PJ, advirtió: "Hay una sutil diferencia entre dejar jugar y alentar a jugar". Y es lo que parece que han pensado en la cúpula del partido, se demostrará líneas más adelante. En el medio de esas definiciones van ocurriendo algunas perlitas llamativas, como un intendente que puede repetir, pero que no lo hará. O la pretensión del caucetero Emilio Mendoza, quien vuelve tan recargado que ahora quiere jugar la interna del PJ. Y, para no olvidarse de la oposición, parece que todo se encamina a una interna capitalina, aunque no se define aún.

En cada distrito el panorama es muy diverso para el PJ. Tanto que en el peronismo no habrá una sola decisión para todo el mundo. "Se verá departamento por departamento", dijo un alto dirigente esta semana a este periodista. Hay intendentes que pueden repetir, que tienen una imagen aceptable (Rawson); hay otros que pueden seguir, pero que no ganarían una elección ni en la Unión Vecinal (25 de Mayo). Hay otros donde el jefe comunal no puede seguir el mandato y por los resultados de su gestión no puede ni designar un candidato (Caucete); y hay otros intendentes cuya gestión es de alta aprobación y, seguro, ayudarían a cualquier candidato que elijan (Sarmiento). Vamos por partes: el intendente de 25 de Mayo, Rolando Quiroga, tiene escasa aceptación entre sus vecinos. Y casi se puede afirmar que a pesar de que la Constitución se lo permite, no intentará repetir cuatro años más en el municipio. Al menos ese es el plan que hay en la cúpula peronista, donde piensan en el diputado Juan Carlos Quiroga Moyano, exintendente también, para reemplazarlo. No se sabe si Rolando se resistirá o no, pero la decisión está casi tomada. En Caucete, el jefe comunal, Juan Elizondo, se retira con una imagen de las peores que ha tenido alguien en ese distrito. No ha sabido tampoco delegar poder ni idoneidad en algún dirigente que le pueda seguir sus pasos y, entonces, deberá bancarse que desde la remozada sede del PJ en calle 25 de Mayo casi Alem, le coloquen un candidato. Por ahora, mal que le pese a Elizondo, el que asoma bien en las encuestas es Emilio Mendoza. El caucetero fue varias veces jefe comunal y quiere volver a pelear por dentro del peronismo, si es que lo dejan. Y parece que lo van a dejar. Esa interna será de película. Y Sarmiento, para volver a los ejemplos, es de los departamentos donde el PJ tendrá que negociar. Alberto Hensel quiere colocar a uno de sus secretarios, pero ese dirigente no levanta en los sondeos, por tanto, en el Gobierno no están seguros de esa candidatura. Dicen que mide muy bien Víctor Muñoz Carpino, que nada tiene que ver con el intendente, así es que la negociación estará muy dura. Para colmo Hensel tiene buena imagen, así es que cualquier armado lo debe tener contenido sí o sí. Habrá que negociar.

Como se verá hay panoramas muy distintos en cada departamento y en el PJ, parece, están dispuestos a trabajarlos a todos de manera individual. No hay una decisión de dejar jugar a todos, que nadie se coma la curva. En los departamentos donde habrá interna, será más que nada porque no pueden contener. Iglesia, como ya se plasmó en estas líneas, será uno de los distritos donde parece que no habrá consenso. Rivadavia es otro ejemplo, porque ahí hay referentes que pueden acomodarse a un acuerdo y otros que no lo harán, como Luis Salcedo Garay, por ejemplo, quien ya anticipó que no dejará que lo bajen. Se verá.

Por el lado de la oposición también habrá internas, parece. Ya salió Eduardo Cáceres, del Pro, a decir que será candidato a intendente de la Ciudad de San Juan. El rubio se debate entre la necesidad de quedarse en el basualdismo para tener un candidato a gobernador fuerte que refuerce su postulación citadina y su línea nacional, que hasta ahora le ha impedido ese acuerdo político local. Aunque esa afirmación, como en todo lo que tiene que ver con política, parece que puede cambiar: esta semana el aliado de Sergio Massa, Adolfo Rodríguez Saá, salió a tirarle una línea a la unión con Mauricio Macri. En San Juan todos festejaron, porque pondría en el mismo carril al antiguo "basualdismo": Roberto Basualdo, Rodolfo Colombo, Eduardo Cáceres, Enrique Conti, etc. Los mismos que hicieron rabiar a Gioja en la elección de 2013. Cáceres, rápido de reflejos, salió hace algunos días a tentar a Rodolfo Colombo para integrar una fórmula, según dicen en el basualdismo. Colombo quedó en contestar, pero parece que más que integrar una fórmula con Cáceres, el rubio de la calle Mitre tiene ganas de jugarle una interna al diputado nacional por el sillón de intendente, decisión que ocurrirá en los próximos días. Colombo ha sabido mantener una cantidad de votos no despreciable en la Capital y los quiere hacer valer. Cáceres, parece, no quiere sorpresas, y por eso lo llamó. Además esa interna, de ocurrir, será muy interesante por un actor central: Enrique Conti. Habrá que ver a quién apoyará el bloquista: ¿a Colombo o a Cáceres? Algunos en el Frente no tienen dudas, apoyará a Colombo. Y no son votos despreciables; hay que recordar que en las PASO de 2013 cosechó más apoyos él en Capital que Cáceres. Alerta. También hay otro condimento más que valorable: por ahora el oficialismo no tiene candidatos declarados, ya que Dante Elizondo y Franco Aranda, ambos con trabajo en la calle, no tienen el ok definitivo. El ministro corre con algo de ventaja sobre el titular de la Anses local por su nivel de conocimiento y por su militancia en el peronismo, cuestión que lo ayuda en cierta forma, pero que también le genera alguna resistencia interna. Por lo que se ve, tanto en el oficialismo como en la oposición, hay poca definición y mucho trabajo político por hacer.

En la cúpula del PJ dicen, además, que tienen hasta el 1 de mayo para decidir si adelantan o no las elecciones. Otros especialistas juran que el tiempo ya se terminó. Y, si fuera como dice Gioja o como opinan los que saben, en una rápida lectura política, es muy poco probable que el Gobernador decida adelantarlas, sólo para ganar algunas semanas. Entonces, en medio de tantas enmarañadas negociaciones políticas, ¿será esa la única definición política del año hasta ahora?