Hace casi una semana, el mundo asistía casi incrédulo a un hecho histórico de gran repercusión internacional. Por primera vez, el presidente de los Estados Unidos, en este caso Donald Trump, celebraría una reunión cumbre con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, para hablar de desnuclearizción de la península de Corea y del cese de los "juegos de guerra" norteamericanos en la región.

Momento histórico.
Donald Trump estrecha la mano de Kim Jong-un en gesto de buenas relaciones.


Lo llamativo del encuentro fue la predisposición de ambos mandatarios, después de que durante meses se estuvieron agrediendo verbalmente, llegando a insultos y al desconocimiento de normas diplomáticas.


Desde que Trump llegó a la presidencia en enero de 2017, sostuvo que había focos de conflicto internacional que no le convenían a los Estados Unidos. Corea del Norte, con sus ensayos de armamento nuclear, era uno de ellos. La obstinación de Kim Jong-un por aumentar el número de pruebas nucleares hizo que en más de una ocasión Trump amenazara al líder norcoreano con una guerra de impredecibles consecuencias. El mundo temblaba cada vez que esos presidentes se prodigaban insultos y amenazas.


Hay que tener en cuenta que Corea está dividida desde 1948, a la altura del paralelo 38, después de que las fuerzas japonesas se rindieron en ese país, al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Fue así como nació la República de Corea (Corea del Sur) y la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte), que han mantenido en forma casi permanente una conflictiva relación hasta hace algunas semanas, en que en otro hecho histórico para el mundo, los líderes de ambas Corea, Kim Jong-un y Moon Jae-in, se reunieron en la primera cumbre intercoreana en 11 años, para entablar relaciones pacíficas. Esa reunión fue clave y, en cierta forma, facilitó la del martes pasado entre Trump y Kim Jong-un.


Volviendo a la separación de Corea, tras la guerra y la derrota de Japón, las fuerzas soviéticas se situaron en el norte del paralelo 38, mientras que las tropas de EEUU lo hicieron al sur. Esto fue lo que provocó la división. Más adelante la Guerra Fría haría que la Unión Soviética y EEUU establecieran gobiernos afines a sus propias ideologías, de ahí que Corea del Norte sea un estado socialista de economía planificada, con un gran atraso económico; mientras que Corea del Sur es un próspero país capitalista de economía de libre mercado, miembro de la Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico y el G-20.

Con el acuerdo entre Corea del Norte y EEUU, sus presidentes han dado muestras de que actuando decididamente, dejando de lado diferencias pasadas y haciendo prevalecer el sentido común, se puede trabajar por el bien de la humanidad contribuyendo con la paz mundial, algo que no se ha podido lograr en otras regiones tan o más convulsionadas .


La península de Corea ha sido hasta ahora uno de los focos de tensión más importante del mundo, sólo comparable con Oriente Medio; algunas regiones de África y de Centroamérica, por lo que el acuerdo alcanzado entre Trump y Kim Jong-un tiene un gran valor, ya que asegura un período de buenas relaciones en un ámbito que hasta hace poco hacía impensable un acuerdo de partes.


Las primeras palabras de los mandatarios fueron reveladoras y de gran significación, ya que mientras Trump agradeció a Kim el haber dado el primer paso hacia un futuro brillante para su pueblo, el norcoreano señaló que ambos países decidieron dejar atrás el pasado y hacer que el mundo sea testigo del gran cambio que se avecina.


Para algunos analistas, la Cumbre ha logrado una solución histórica a esa región, mientras que para otros el acuerdo está plagado de expresiones vagas, sin precisiones ni detalles concretos sobre la paz regional y la desnuclearización. Uno de los aspectos en los que más se ha insistido es que el documento en ninguna parte establece que la desnuclearización será "completa, verificable e irreversible", como lo pretendía Estados Unidos.


El acuerdo entre EEUU y Norcorea se comenzó a gestar en marzo pasado, cuando Kim Jong-un invitó a Trump a reunirse con él. A partir de ese momento se sucedieron una serie de encuentros, destacándose el que el líder norcoreano mantuvo con su par de Corea del Sur, Moon Jae-in.


Con la firma del acuerdo, el primer paso ya está dado. Ahora habrá que esperar que las partes cumplan con lo acordado para establecer si esta acción fue un éxito para ambas potencias.

 
  El acuerdo puntualmente establece:

1- EEUU y la RPDC se comprometen a establecer nuevas relaciones conforme al deseo de paz y prosperidad de sus pueblos.

2- EEUU y la RPDC unirán sus fuerzas para construir un régimen duradero y estable en la península coreana.

3- Reafirmándose en la Declaración de Panmunjom del 27 de abril de 2018, la RPDC se compromete a trabajar en pos de la completa desnuclearización de la península.

4- EEUU y la RPDC se comprometen a recuperar los restos mortales de los prisioneros de guerra y desaparecidos en combate, incluyendo la inmediata repatriación de aquellos ya identificados.
 
* El tema del cese de los "juegos de guerra" anunciado posteriormente por Donald Trump, que implica la suspensión de ejercicios militares, el retiro de fuerzas y la desactivación del escudo antimisiles, fue a manera de anexo y no ha dejado de generar preocupación entre los aliados norteamericanos (Corea del Sur y Japón), que consideran que han sufrido el desarrollo nuclear de Norcorea.