Los efectos de las adicciones en el manejo de vehículos son causantes de graves tragedias viales, con una sucesión de víctimas fatales, heridos de consideración y daños materiales, según han comprobado los estudios de los médicos forenses. El alcoholismo parece llevar la delantera en la estadística fatal, tanto en nuestra provincia como en diferentes puntos del país y hasta la gente se ha puesto en guardia si en algún viaje observan el chofer con signos de borrachera, como ocurrió con un contingente turístico que abandonó el vehículo por la inseguridad que mostraba el conductor.

Los operativos de alcoholemia son efectivos para radiar de circulación a quienes superan los límites permitidos, pero esta ingesta excesiva de alcohol no está sola en numerosos casos, al detectarse también la presencia de drogas prohibidas.

Ante esta variante, en Rosario comenzarán a realizar en calles y rutas un ‘test de narcolemia” para detectar a conductores bajo los efectos de alucinógenos, según lo prevé el municipio. En un principio, se llevará adelante una prueba piloto por tres meses, un lapso en el que no habrá sanciones a los transgresores sino acciones educativas. Pero las multas, cuando pase el periodo de prueba, serán similares a las que se aplican por consumo de excesivo de alcohol.

Este control será simultáneo con el de alcoholemia y durante este lapso se buscará la conducción bajo los efectos de drogas ilícitas y con un carácter netamente educativo. Después de la prueba, comenzaran a aplicarse las sanciones por niveles de alcohol y de drogadicción, incompatibles con la conducción.

Sin duda es una prueba necesaria que debe generalizarse en el país.