La escasa disponibilidad mundial de órganos para trasplantes, da lugar al tráfico ilegal de personas para extirpar sus órganos, tejidos y células, a cambio de compensaciones económicas. Es el "turismo de trasplante" implementado por organizaciones marginales.

El problema, por sus implicancias internacionales, ha sido considerado la Asamblea General de las Naciones Unidas, con miras a una convención mundial que investigue, regule y controle estas operaciones. Según la ONU, alrededor del 10% de los trasplantes de riñón que se realizan anualmente en el mundo, están vinculados al tráfico de órganos, por lo reclamó que se haga una distinción legal y científica entre tráfico de órganos y tráfico de seres humanos con el propósito de extirparles los órganos para trasplantes. Dice la ONU que ambas expresiones se usan de manera confusa y son dos problemas que requieren soluciones diferentes.

En Argentina se denunciaron cirugías ilegales realizadas en Bolivia con la venta de órganos en nuestro país, un comercio ventilado por Internet. La escasa solidaridad, por un lado, y por otro la extrema pobreza, permiten el vil negocio con seres humanos.

En lo que va del año se hicieron en el país 940 trasplantes, en base a 398 donantes, mientras 5760 personas están en lista de espera, según el Incucai. En España, el país con mayor cantidad de donantes, tiene 33 donaciones de órganos de cadáveres por cada millón de personas, contra 9,9 donaciones en Argentina.

El altruismo es la única manera de dignificar lo que la ciencia brinda a la salud.