El mundo se transforma a pasos acelerados en varios niveles; uno de ellos es el climático. La NASA acaba de reflejar el cambio de la temperatura global desde 1880 hasta la fecha. Un dato que se desprende del trabajo es que nueve de los diez años más calientes de la historia se registraron en el período 2000-2011.
Según expertos de la ONU, los gases de efecto invernadero, que están presentes de forma natural en la tierra, aumentaron en forma desproporcionada durante los últimos 150 años, desde la era industrial. A medida que crecen las poblaciones y los niveles de vida, aumenta el nivel acumulativo de emisiones de gases de efecto invernadero. En diciembre último, mientras los representantes de 194 países se reunían en Durban, Sudáfrica, en la Convención Mundial de Cambio Climático de la ONU, para elaborar un plan de acción de reducción de gases tóxicos en un acuerdo jurídicamente vinculante, la Organización Mundial de Meteorología (OMM) difundió un estremecedor informe sobre el incremento de la temperatura de la Tierra en los últimos años: 2011 tuvo las décimas de temperaturas más altas desde que comenzaron los registros en 1850. Y de los 13 años más cálidos se produjeron sin excepciones en los últimos 15, desde 1997.
La cumbre mundial de Durban culminó con la aprobación de una hoja de ruta para un tratado mundial, como exigía la Unión Europea (UE), que obliga a comprometerse a todos los países sin excepción, incluidos los grandes contaminadores: China, EEUU, Rusia, Japón y la India. Además, se concretó la estructura del Fondo Verde para el Clima con el que los países especialmente afectados por el cambio climático recibirán anualmente 100.000 millones de dólares a partir de 2020. Además, se acordó prolongar hasta la próxima cumbre la vigencia del Protocolo de Kyoto, que obliga a la reducción mundial de las emisiones de dióxido de carbono en al menos un 50 por ciento en 2050 respecto de 1990.
Cuanto más se invierta en energías renovables, obtenidas de fuentes naturales, más beneficios a largo plazo tendremos, especialmente en la disminución de desastres climáticos que ya se están preanunciando. De otro modo, se hará realidad el peor pronóstico y el futuro aparecerá aún más incierto de lo que se piensa.
