La economía argentina evoluciona positivamente, al promediar este año, revelando el inicio de un nuevo ciclo de crecimiento luego de la desaceleración del segundo trimestre, con síntomas de estancamiento. Los analistas, con cifras en mano, hablan de una reactivación más allá de los índices oficiales cuestionados por la desconfianza que genera el INDEC.
Según la consultora Delphos, del economista Martín Benegas Lynch, ex gerente de JP Morgan, los últimos datos del nivel de actividad en los sectores automotriz, construcción y la recaudación, marcan un despertar del ciclo económico en el tercer trimestre y disipan las luces amarillas que se prendieron durante el segundo trimestre de 2012. Al respecto, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que en junio último se mostró sin variaciones respecto del mismo mes del año pasado, ahora tuvo un avance de 1,1% frente a mayo último y en este contexto el acumulado del primer semestre cerró con una suba de 2,5% interanual.
El empuje lo estaría dando particularmente el sector automotriz, a partir del período analizado, con un fuerte crecimiento de la producción respecto al mes anterior, totalizando 20,89% de incremento mensual, lo que representa casi 15.000 unidades más, pasando de 65.000 en julio a casi 80.000 el mes pasado. A la vez las exportaciones mostraron un comportamiento similar al de la producción al crecer 25,9% en relación al mes anterior al llegar a las 35.000 unidades exportadas, un número cercano al promedio en 2010.
En cuanto a la construcción, el informe privado dice que el Índice Sintético de la Actividad (ISAC) referido a julio mostró un crecimiento mensual de 0,8%, cambiando así la tendencia con la que había cerrado el segundo trimestre. Esto hizo que la variación interanual del índice mejorara por cuarto mes consecutivo. Además, el Estimador Mensual Industrial (EMI) con estacionalidad referido a julio, mostró un crecimiento mensual de 4,4%, en lo que es su mejor resultado desde marzo.
Otros sectores que mejor evolucionan son los productos alimenticios y las bebidas, el tabaco, la refinación del petróleo y la metalmecánica, todos ellos con variaciones entre 5% y 10 por ciento. Los avances repercuten en los ingresos tributarios, tras el declive sufrido en el segundo trimestre.
Estas cifras traen tranquilidad ante el temor de un estancamiento peligroso, si se suma a la inflación, porque agrava la situación socioeconómica con mayor impacto en los sectores más vulnerables de la población.
