–ULTIMA NOTA–

La aparición del Patio San Ignacio, ubicado entre la Avenida José Ignacio de la Roza y calle Hermógenes Ruiz tuvo un impacto biológico en la zona, que antiguamente consistía en terrenos donde habitaban y se reproducían animales callejeros. La alteración de su hábitat produjo una modificación de su conducta, pero la lógica biológica provocó que ellos intenten recuperar su nicho una vez que concluyó la etapa de construcción.

Siendo un espacio abierto, sin vallados ni cerramiento perimetral de ningún tipo, puede considerarse a esta plaza interna o patio como un lugar de libre acceso para el animal comunitario. Por ello sorprende que los administradores del consorcio intenten impedir la permanencia de estos animales comunitarios en un predio que es en realidad un espacio público. Más sorprende aún que las personas que humanitariamente los cuidan, alimentan, esterilizan y vacunan, brindándoles además el afecto del que todo ser vivo es merecedor, sean advertidos o amenazados con actitudes represivas, presuntas multas, etc.

Proteccionistas de Animales Unidos – San Juan apoya y respalda tanto la permanencia de los animales comunitarios en el predio del Patio de San Ignacio, como las generosas acciones proteccionistas de las personas que velan por su bienestar. Asimismo invita a los señores administradores a la reflexión en cuanto a la idea que todo ser vivo es valioso, único e irrepetible y que como tal debe ser tratado con respeto por nosotros, los humanos. Sostenemos que son seres sensibles e inteligentes que merecen amor, compasión y nuestro compromiso de brindarles una vida que contemple su bienestar.

Tenemos una gran deuda para con los animales; sin ellos, nuestra especie no habría podido desarrollarse. Desde el alba de la humanidad hemos obtenido de ellos alimento, abrigo, medios de carga, transporte y protección. Afortunadamente, gracias a la evolución, se va superando el uso del animal como objeto y nada se obtendrá de ellos excepto compañía. El perro, particularmente, ha acompañado al hombre desde los campamentos nocturnos junto al fuego hasta las complejas ciudades modernas. Actualmente, en su mayoría, los perros no cumplen funciones específicas y, junto con los gatos, son considerados y criados fundamentalmente como animales de compañía.

La sociedad que, indiferente a la problemática, mira para otro lado, empeora la situación, abandonando animales no deseados y condenándolos a una muerte dolorosa y solitaria. No sean ustedes parte de esta cadena de crueldad: los perritos del Patio de San Ignacio no molestan a nadie, ni perjudican la estética del complejo. Estaremos en vigilia por ellos hasta tanto esa administración deponga su actitud infundadamente persecutoria.

(*) Proteccionistas de Animales Unidos – San Juan