Arturo Umberto Illia nació en Pergamino, provincia de Buenos Aires. Fue un médico y político argentino, miembro de la Unión Cívica Radical, injustamente olvidado por las generaciones actuales.

Se desempeñó como diputado, vicegobernador y Presidente de la nación entre el 12 de octubre de 1963 y el 28 de junio de 1966.

Una de las virtudes que demostró durante toda su vida fue la honradez y honestidad. A los pocos años de su nacimiento sus padres se trasladaron a Cruz del Eje, Córdoba, donde ejerció la medicina, dedicándose a curar a los enfermos pobres, a quienes les llevaba los medicamentos. Por este gesto de misericordia lo llamaban "el médico de los pobres”.

Nunca utilizó su influencia a favor, a punto de tener que vender su automóvil durante el ejercicio del mando y de negarse a aceptar los fondos públicos para financiar sus tratamientos médicos. En otro gesto que lo enaltece, Illia rechazó cobrar su jubilación, y tras ser derrocado por la dictadura militar de Juan Carlos Onganía, se ganó la vida trabajando en una panadería de un amigo.

Sin embargo, su personalidad austera y tranquila le perjudicó durante su gobierno presidencial, ya que su conducta fue utilizada por los sectores de poder afectados por su gestión para instalar la falsa imagen de lenta. En una encuesta que buscaba desarrollar un ranking de honestidad Illia es el primer político en aparecer en el quinto lugar, en una lista de 100 personas.

Tras ser derrocado manifestó "’A mi me destituyeron las 20 manzanas que rodean la Casa Rosada”.

Durante su gobierno que duró 3 años se anularon los contratos petroleros firmados por el ex presidente Frondizi con compañías extranjeras, se impulsó la explotación del petróleo y los recursos estratégicos por parte del Estado, se fomentó la industria nacional, se destinó el 23% del presupuesto nacional a la educación (la mayor cifra en la historia del país), el PBI y el Producto Externo Industrial crecieron. Este último a un vertiginoso 19% en 1964, a un año de ejercer la primera magistratura. Además se llevó adelante un plan de alfabetización y se sancionaron las leyes del Mínimo No Imponible y la llamada Ley de Medicamentos.

Debió convivir con su propia debilidad derivada del hecho de haber sido elegido en elecciones no libres a causa de la proscripción del peronismo, cuyos votantes en blanco, obteniendo la segunda minoría. La falta de reconocimiento de legitimidad a su gobierno por parte de los sufragantes peronistas, se vio agravada por un plan de lucha del movimiento obrero, afectado por la decisión del gobierno de sancionar una legislación sindical, sin consultar a los sindicatos.

La Sociedad Rural y la Unión Industrial se habían unido en una asociación anti estatal llamada ACIEL (Acción Coordinadora de los Institutos Empresarios Libres). Ambas atacaron persistentemente el déficit del Estado, la inclinación del gobierno por los controles de precios y de cambio, su proteccionismo a las empresas públicas como YPF y la decisión de mantener congelados los arrendamientos agrícolas impuestos por el gobierno del Gral. Ramírez en 1943.

Por otra parte, medios de prensa nacional y extranjera colaboraron en la campaña de desprestigio contra el presidente y los miembros de su gabinete, acusados de lentitud e inactividad. Diarios como El Mundo y Crónica publicaban caricaturas en las que se veía al Dr. Illia representado por una tortuga.

A su vez, la CGT, llevó a cabo el "’operativo tortuga”, que consistió en sembrar el centro de Buenos Aires con esos animalitos que llevaban pintadas en su caparazón la frase "’IIlia o Gobierno”

¿Qué lograron los detractores del gobierno del Dr. Illia?: El advenimiento de las dictaduras militares de triste recuerdo en toda América latina.

(*) Periodista y dirigente vecinal.