La matriz que da creación a su trayectoria es indudablemente la educación, porque Domingo Faustino Sarmiento aborda la esencia de la misma y la plasma a través de sus obras y sus escritos, luchador incansable dándole fuerza a la palabra: "Educar al soberano''. La vida y obra del Gran Maestro de América se agiganta en el bicentenario de su nacimiento.

Su faz adusta, firme, emprendedora lo llevó por el camino del aprendizaje de la lectoescritura.

Descubrió a través de un censo llevado a cabo en la República Argentina un alto nivel de analfabetismo que lo movilizó en fundar escuelas a lo largo y ancho del país.

Esta gran obra cruzó fronteras; es así que Chile manifestó públicamente tamaña trayectoria.

Luchó por la libertad, militando la política tuvo que dejar su país, grabando en las mudas montañas: "Las ideas no se matan'', frase escrita en francés; es así que estas palabras vuelan con vida propia.

Es la vida suya una materia informativa, forjadora, inspiradora a través de sus grandes obras escritas. Éstas son presencia de una personalidad plena de ilusiones por hacer grande a su patria.

En su vida aspiró a lograr una visión universal de los avatares humanos. Es así que funda escuelas militares, técnicas y para niños con dificultades auditivas y visuales.

Paso a paso traspasa los umbrales de la ciencia; en el arcano de sus obras resguarda fuente de conocimientos.

Siempre en esta tarea constructiva está en él el deseo de unidad: educación, hombre, cultura, esfuerzo y trabajo que son ítems de engrandecimiento.

En su afiebrada lucha convalida de esta manera al país haciendo de él en azarosa contienda una diversidad de trabajos.

En ese andar hay un viaje interno que lucha, avanza, haciéndose grande entre los grandes; expandiendo entre sus manos las realidades y va más allá de su propia individualidad, al luchar con su adversario Facundo Quiroga; dibujando en esta confrontación paisajes más sombríos, sin doblegar su yo interno.

En este universo de contingencia, profundiza que éste no es el final, sino que es una continuación para seguir luchando por la educación: pilar de toda generación, de todo estamento cultural, filósofo y político, porque es y será siempre en los cánones de la libertad de expresión donde la palabra sea capaz de movilizar al hombre para construir un país, que sean manos y voces que unan, contengan, sientan, vivan y permitan dialogar.

Vislumbrar un horizonte pleno, con la presencia absoluta del hombre, para que la sustancialidad sea el centro y obra del espectáculo de la vida.

Que su obra, sus bibliotecas y su trayectoria permanezcan para siempre en este San Juan pujante que vio nacer hace doscientos años al Gran Maestro de América.