Al igual que varias de las docenas de instituciones regionales creadas anteriormente, la nueva Comunidad se propone avanzar en la integración política y económica, y adoptar posturas conjuntas sin la presencia de Estados Unidos y Europa.

"Ha nacido un gigante”, proclamó Chávez respecto de la nueva entidad, agregando que la CELAC acabará reemplazando a la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington, como la principal institución regional.

El presidente de Ecuador Rafael Correa, un discípulo de Chávez cuyos ataques contra la libertad de prensa han sido criticados por la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, ha propuesto que la CELAC comience por crear una nueva comisión de derechos humanos.

Pero la CELAC difícilmente se convierta en una institución "anti-imperialista”, como quieren Chávez y sus discípulos, ni -lamentablemente- tampoco en un instrumento eficaz para lograr la integración regional. A diferencia de la OEA y de otras instituciones regionales, y a pesar de las exigencias de Chávez, la CELAC no tendrá su propio edificio, ni personal, ni una estructura permanente. Será sólo una cumbre anual -Chile en 2012; Cuba 2013 y probablemente Costa Rica en 2014- cuya presidencia rotativa será ocupada por el país anfitrión de la cumbre siguiente. El primero será Sebastián Piñera. El canciller chileno Alfredo Moreno me dijo que la CELAC será "solamente un foro, no una organización”. No tendrá una burocracia, "ni siquiera una secretaría general, como Unasur, ni nada de eso” y las decisiones tendrán que ser aprobadas por consenso. Eso impedirá que Chávez imponga una agenda "anti-estadounidense”, ya que Chile, Colombia, y México, entro otros, no lo permitirán. Además, si una cosa se decide por consenso, los países participarán en la medida que quieran. Será una decisión individual de cada país.

Dan Restrepo, principal asesor del presidente Obama para asuntos latinoamericanos, dijo a periodistas del Miami Herald que dada la mejor imagen de Estados Unidos en la región, una agenda negativa de la CELAC "no parece algo viable”. Agrego que, según una encuesta de Latinobarómetro, la imagen de EEUU mejoró sustancialmente en los tres últimos años, y en la mayoría de los países de la región está en un 69% el nivel de aprobación.

Mi opinión: la CELAC sería una idea estupenda si estos países -en lugar de hacer grandiosas declaraciones sobre la unidad regional, que son pura poesía y excusa para turismo político- decidieran acuerdos concretos para reducir sus respectivas barreras comerciales. América latina necesita urgentemente una mayor integración económica: según cifras de las Naciones Unidas, el comercio intrarregional de partes de manufacturas es de solo el 8% del comercio de los mismos productos con el resto del mundo. En comparación, el comercio intrarregional en la Unión Europea llega al 15%, y dentro de los países asiáticos representa el 28 por ciento.

La CELAC debería hacer lo que hicieron los países europeos después de la II Guerra Mundial: empezaron con un acuerdo preferencial para exportar carbón y acero, y lo ampliaron gradualmente con los años incorporando cada vez más productos, hasta terminar creando una unión económica y política.