Buena parte de la Historia ha sido protagonizada por mujeres especialmente en la caridad y solidaridad para con sus semejantes. Al considerarse estos aspectos la figura de ellas no sólo hace su presencia, sino que se agiganta, por ello:

"Buscar restos u objetos, fotos, datos de ellas, supone en los acontecimientos o en la revolución de las sociedades y tomarlas en serio. Otorgarles un peso en los acontecimientos o en la evolución de las sociedades.”

Buscando las raíces de una fundación trascendente debemos ir hacia la Roma Antigua, rescatando la figura de Fabiola, noble dama romana, perteneciente a la gens Fabia. Convertida al cristianismo ejecutó lo que su inteligencia a través de la observación le hizo ver y obró no dejando nada para mañana. Vendió todos sus bienes, los distribuyó entre los pobres y participó activamente en la fundación del primer hospital en Roma en la década del 390 d.C.

El hospital se encontraba cerca de las playas de Ostia y constituye el primer antecedente documentado de la medicina social en Occidente, e hizo de Fabiola una de las mujeres más famosas en el ejercicio de la enfermería. Fue la primera en recoger de la calle a los enfermos, se encargaba personalmente de los enfermos de lepra, proporcionaba un hogar para las personas mayores que no podían ser atendida en sus casas, daba hospitalidad a los viajeros y a las familias sin trabajo. Dedicó el resto de su vida al cuidado de los enfermos.

Fue canonizada por la Iglesia y su fiesta es el 21 de marzo. La fuente para el conocimiento de Fabiola se debe a su confesor espiritual San Jerónimo de Estridón. Hay una novela escrita por el cardenal Wiseman y que lleva su nombre, pero la figura de Fabiola en la novela es ficticia y no tiene nada que ver con la Fabiola histórica, ni siquiera coincide con la época, que es el siglo III. Sí es importante su lectura para el conocimiento de las Persecuciones, el culto de los primeros cristianos, reseña sobre las catacumbas etc.

Según Zacarías, en la Roma Imperial recién a mediados del siglo VI d.C. existían cuatro maternidades: Aedificia Parturientibus y dos de Obstetricia Ostétricibu. Con el tiempo se extienden estas fundaciones en Occidente y en Oriente aparecen más tarde.

Tácito decía que lo que recordamos como antiguo, fue en su momento una cosa nueva y lo que en nuestros días recordamos como ejemplo del pasado, será un modelo en lo venidero. Fabiola no sólo dio su tiempo, sino que cambió la filosofía del no puedo, por el puedo, le agregó quiero y hago, hizo la primera fundación de un hospital en el mundo occidental y así tuvo el reconocimiento y permanencia en la Historia.

(*) Ex profesora titular de Historia de Roma FFHA, UNSJ. Miembro de número de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina.