Azucena Ontiveros de Mercado, iglesiana de nacimiento, nació en la escuela del pequeño distrito denominado Zonda donde su padre era el director y a veces único docente. Como no podía ser de otra manera, la carrera docente fue su vocación. Se casó con Víctor Mercado, oriundo de Angualasto y formaron una pequeña familia con sus dos hijas, Nerina y Beatriz. En 1987 ingresó a la Sociedad Argentina de Escritores con sus pequeños libritos de teatro infantil, y luego siguió con nuevos títulos que la ubicaron entre nuestras escritoras más prolíficas. A la labor docente sumó la inclinación por el periodismo, siendo colaboradora durante muchísimos años en DIARIO DE CUYO con notas que luego se recopilarían en su libro "Cosecha de noble siembra”. Las características de sus aportes siempre fueron de tipo religioso, lo mismo que sus artesanías pasatiempo que mucho le agradaba, o bien basados en las tradiciones, la moral y las buenas costumbres y fundamentalmente la educación. Rindió homenaje a los padres que adoptan hijos; a los maestros; a los próceres nacionales y locales; a la Patria, sentida y vivida por ella con mucha intensidad; a las cosas más sencillas de la vida como compartir, hablar de amistad, dialogar etc. Tuvo la suerte de ganar certámenes literarios cuyos premios eran la edición de libros y así vieron la luz a través de la Asociación Mutual de Protección Familiar, sus obras "Por nuestro San Juan” y "La vida, una oportunidad de crecer en el respeto a los valores”, ambos ilustrados por la artista plástica Susy Rodrigo.
Pequeños libros religiosos con villancicos navideños y oraciones para niños, lo mismo que algunos destinados a comprender mejor la catequesis o el rezo del Rosario, también han completado los temas de interés de su intelecto.
Su trayectoria en las letras participando en todas las antologías de SADE (24 libros en total) desde su ingreso a la actualidad le valió obtener en 2008 el máximo galardón, "La Pluma de Oro de las Letras Sanjuaninas”.
Su última aparición en público con la SADE, fue el 9 de octubre de 2013, en la Quinta Feria de la Cultura Popular y el Libro de Rawson momento muy especial en que un grupo de escritores y gente amiga aficionada al teatro, con adolescentes y niños, pusimos en escena uno de los relatos de su último libro sobre los valores humanos que la llenó de emoción recibiendo el cariño de docentes y niños.
El año pasado falleció su esposo Víctor y ella ya no sería la misma, un cansancio notorio la abatía jornada tras jornada y privada de la lectura por su vista, fue apagándose de a poquito el candil suave de una existencia sin mayores sobresaltos.
Como síntesis diremos que nació un 4 de noviembre de 1940 y se ha ido un día después del aniversario de la fundación de su querido departamento de Iglesia, el 26 de noviembre, como para no olvidarse los orígenes.
Rawsina por adopción residió desde 1995 hasta el fin de sus días en el Barrio Jorge Luis Borges (Ex CGT), cuyo nombre fue propuesto por ella, por su esposo y varios intelectuales que veían con agrado que las calles también llevaran nombres de autores sanjuaninos. Tiempo después se concretaría un merecido homenaje para esta sensible escritora, surgido de los propios vecinos, de darle a una plazoleta el nombre de Azucena. Fue en 2010 y en vida, como es dable realizar este tipo de justicieros reconocimientos de modo que lo disfrutó con mucho orgullo.
