Primogénito de una familia amante de la música, Nat King Cole nombre con el que se le conoció artísticamente, nació en Montgomery, Alabama, el 17 de marzo de 1917. Su padre cultivó el canto y su madre Pertina Adams, descolló como soprano. A muy temprana edad aprendió a tocar el piano de oído y a los 12 años empezó a estudiar distintos géneros de música incluyendo los clásicos.

Por su actuación en diferentes conjuntos empezó a ganar notoria reputación como "Príncipe de los teclados”. La calidad artística de Nat y la de su conjunto, lo convirtió muy pronto en una gran atracción en bares y clubes nocturnos de los Estados Unidos y empezó a grabar para algunos sellos discográficos. Alabado en todo escenario donde tocaba comenzó a ganar fans y la mayor parte de los premios de jazz. Intuyó luego que su peculiar acento necesitaba un acompañamiento orquestal.

A pesar de sus problemas de salud y el exceso trabajo, Nat siguió soportando la intolerancia racial en varios lugares del país a causa de su condición de artista negro de gran popularidad, a tal punto que en determinado programa tuvo que recurrir a cierto tipo de maquillaje, para dar a su piel un color más blanquecino.

Celebró sus 25 años en el mundo del espectáculo en el Hotel Ambassador de Los Ángeles, donde conocidas personalidades que asistieron alabaron su trayectoria. Protagonizó numerosas actuaciones y giras por varios países del mundo. Según versiones fue en Cuba, donde aprendió a gustar y a cantar boleros, ahí empezó su relación de amor con la música hispanoamericana que lo condujo a grabar famosas piezas que, en su estilo inimitable, alcanzaron extraordinaria celebridad. La peculiar pronunciación del español con gracia y originalidad, le confirió a unas canciones una refrescante divulgación cosmopolita como: "Yo vendo unos ojos negros”, "Adelita”, "Perfidia”, "Ansiedad”, "Vaya con Dios”, "El choclo”, entre otras.

Mientras actuaba en Las Vegas su salud empeoró considerablemente, la ciencia le pronosticó pocos meses de vida. Su existencia se apagó el 15 de febrero de 1965.

Significativos y sentidos homenajes se le dedicaron, al baladista, que hizo de su carrera como tal, una de las más elegantes y exitosas en la historia de la música popular. No era solamente un cantante poseedor de una cálida voz, sino un hombre amable y gentil, que dio lustre a su profesión y en definitiva a la raza humana.