La comercialización de estupefacientes en nuestro país, es una actividad en franco crecimiento. Mientras dentro de un camión en Cañuelas, provincia de Buenos Aires, fueron encontradas días pasados tres toneladas de picadura de marihuana lista para el consumo, bajo la General Paz, en Saavedra, la policía descubrió un improvisado invernadero rodeado por altos muros, donde cultivaban plantas de "Cannabis sativa”. A esto se suma la media tonelada de marihuana secuestrada durante tres allanamientos simultáneos en los partidos de General Rodríguez y Moreno.
La ley 23.737, que reprime el tráfico y la tenencia de estupefacientes, estipula una pena entre 4 y 15 años de presión para la persona que siembre o cultive plantas o guarde semillas utilizables para producir estupefacientes.
Salvo un bajo porcentaje que circula con rumbo a Chile, el tráfico de esta droga sirve para marcar el aumento del mercado y del consumo local.
En este último tiempo hubo definiciones públicas a favor del cultivo casero de la marihuana, como las efectuadas por Eugenio Zaffaroni, uno de los jueces de la Corte Suprema, quien había comentado que "si cada consumidor tuviera una planta de marihuana en su balcón, se acabaría el tráfico”. Actualmente nos encontramos ante un vacío legal considerable luego de un fallo de la Corte de agosto de 2009, cuando se declaró la inconstitucionalidad de penar la tenencia de drogas para consumo personal.
A la provocativa inactividad del Congreso se suma el desinterés de los legisladores nacionales en avanzar en los proyectos legislativos que reactiven el tratamiento de las normas relativas a este tema. La comisión de Prevención de las Adicciones y Control del Narcotráfico suspendió una reunión prevista, por falta de quórum. Actualmente hay seis iniciativas tendientes a ajustar la ley antidrogas con el dictamen de la Corte. Pero este año no será tratada la reforma a la ley 23.737.
Según un sondeo nacional realizado por la Sedronar a fines del año pasado, la base de consumo de marihuana es de 3,7 % de la población entre los 16 y 65 años. Equivale a unas 64.000 personas que fuman esta droga en un año. El cuestionario evidenció que, de ese universo de consumidores permanentes, unas 120.000 personas son adictas a esta droga. En seis años, el mercado de marihuana pasó de 1,9 % al 3,7 % apuntado en las últimas estadísticas oficiales.
El consumo de droga produce muertes y frustración de muchas vidas como para que siga siendo un tema que no se debate o se esconde bajo la alfombra.
