La ciudadanía uruguaya concurre hoy a las urnas para cumplir con la segunda vuelta electoral con el propósito de renovar el mandato presidencial y los representantes legislativos, en un clima que confirma la credibilidad del país en el plano internacional por el gran respeto por la vida democrática que se refleja en la tolerancia política y la participación del electorado, como se observó en octubre, cuando los principales candidatos no alcanzaron la mayoría absoluta.
De acuerdo a los sondeos preelectorales, todo indica que Tabaré Vázquez, un oncólogo que entró tardíamente en la política pero pudo llevar a la izquierda uruguaya por primera vez al poder, se prepara ahora para asumir un probable segundo mandato como sucesor de José "Pepe" Mujica, precisamente para resolver los grandes temas pendientes que heredará de su antecesor, como son la deteriorada educación y la creciente inseguridad, para citar los problemas en los que el pueblo reclama soluciones urgentes.
El candidato del Frente Amplio se encontrará también con situaciones atípicas, como la reglamentación e implementación de la inédita ley sobre la producción y comercialización de la marihuana, que ha tenido problemas operativos desde su promulgación por la falta de antecedentes y tampoco con experiencias en el exterior. Se le sumarán las quejas de la población por la elevada presión impositiva, que Mujica replicaba con la estabilidad económica, las obras y las grandes inversiones extranjeras gracias a la seguridad jurídica que exhibe una nación creíble.
La economía uruguaya ha promediado una expansión de casi el 6% anual en los últimos diez años y tiene los niveles más bajos de desempleo e indigencia desde que comenzaron las mediciones históricas y uno de los menores índices de América latina. Aún así, de concretarse su segundo mandato, Vázquez aspira a profundizar las políticas sociales que han sido la base del capital político del Frente Amplio. Además, tendrá el desafío de recomponer sus relaciones con Argentina, un vecino clave para la pequeña economía uruguaya, pero distanciado por las intempestivas críticas de Mujica.
El opositor, Luis Lacalle Pou, sabe que su rival oficialista es claro favorito para llevarse el balotaje de hoy, pero según señalan en su entorno, ya abraza la idea de que ante la derrota está preparado para liderar la oposición desde el Senado, fortaleciendo el equilibrio institucional que hace admirable a la ejemplar democracia uruguaya.
