La indiferencia, cuando no hipocresía, frente a las armas de destrucción masiva y los arsenales nucleares, fue duramente condenada por el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, al inaugurar esta semana la Conferencia de Desarme, en Ginebra.

Ban Ki-moon afirmó que desde la última vez que estuvo en esta reunión, en 2011, las naciones participantes han sido incapaces de iniciar negociaciones significativas, por lo que las instó a recurrir a la "’vía multilateral” para negociar acuerdos sobre este viejo problema, más ahora, que el mundo asiste al desarme del potencial químico de Siria y el esperado pacto nuclear con Irán.

El titular de la ONU observó que estos acuerdos trascendentes se han logrado fuera del foro creado por la organización internacional, por lo que reconoció los serios esfuerzos demandados por ambas negociaciones con resultados ampliamente positivos. Es que a pesar de los permanentes choques armados en zonas convulsionadas con incursiones que son flagrantes violaciones de las leyes humanitarias, junto a repudiables crímenes de guerra, no se observa una firme reacción de la opinión pública en favor de la paz mundial ni tampoco para frenar las catástrofes que padece la población civil.

Para citar un ejemplo de esta indiferencia, el secretario general de la ONU observó que no se debe caer en la "’lógica utópica” de que hasta que no se tenga un entorno perfectamente seguro, no se puede proceder al desarme nuclear, un argumento que consideró un pensamiento anticuado, propio de los tiempos de la Guerra Fría de mediados del siglo pasado.

Es de esperar que los Estados miembros a afronten la realidad geopolítica del siglo XXI.