A pocos días de las elecciones presidenciales en Venezuela, la inseguridad se ha adueñado del país bolivariano a tal punto que el 70% de los ciudadanos señala a la violencia como el más grave de los problemas. Las estadísticas privadas (las oficiales dejaron de publicarse en 2009) indican que cada 30 minutos se produce un homicidio en el país, arrojando un saldo de 19.336 asesinatos en 2011, incluyendo a policías.
Las encuestas señalan la polarización entre el presidente Hugo Chávez y el candidato de la oposición Henrique Capriles. Algunas medidas como la prohibición de venta de armas a la población civil no han tenido efectos positivos como tampoco pareciera tenerlo el "plan de seguridad ciudadana” anunciado por Chávez hace tres meses, considerado como una especulación electoral.
Las cifras publicadas por el Observatorio Venezolano de Violencia, son alarmantes. Se ha conocido también que sólo 2 de cada 10 crímenes cometidos en Venezuela son investigados y juzgados, y sólo uno recibe condena. En los últimos 8 meses han sido denunciados 498 secuestros. Mientras el estándar internacional es de 5 agentes por cada 100 mil habitantes, las calles de Venezuela la patrullan sólo con 2 policías por cada 100 mil habitantes.
Dos palabras giran en torno a las propuestas de cada uno de los candidatos en las presidenciales del 7 de octubre. Chávez, tras una cuarta reelección consecutiva ofrece "patria”, mientras el opositor Capriles, ofrece "progreso”. Ambos se dan como ganadores y las encuestadoras, que hasta hace un mes daban el triunfo a Chávez, comienzan a reservar sus pronósticos. El debate de los últimos días instaló el flagelo de la inseguridad y creció álgido el tono que ventiló datos alarmantes.
