Son mudos testigos del paso del tiempo. Del progreso como utilidad pública. Sirvieron en distintas épocas del siglo XX y uno de ellos todavía está en condiciones de seguir hasta que se le de la baja en forma definitiva. Son dos ejemplos que en su momento fueron modernidad y hoy son parte del recuerdo para distintas generaciones. Se trata del buzón y el teléfono público. 


El primero de ellos todavía puede verse, pintado de color rojo. No molesta a nadie a su paso. Está en pleno centro y se encuentra en la vereda Norte de calle General Acha entre Libertador y San Luis. Su diseño es cilíndrico y si uno afina bien la vista se podrá observar que fue hecho probablemente en la primera mitad del siglo XX. Podría decirse que es una pieza de museo que se puede contemplar en plena vía pública y con la casi obligación de los adultos de contarles a sus hijos para qué servía ese buzón de gran tamaño. 


En otra época, el buzón era el receptor de las cartas de todo tipo que los ciudadanos depositaban al introducirla por una ranura ubicada en la parte superior a un costado. Mientras que en otro lugar de ese cilindro, estaba una especie de "puerta'' pequeña, por donde los empleados del correo tomaban ese cargamento. Lo llevaban a las oficinas para su clasificación y posterior envío. Cuando las cartas eran locales o bien llegaban desde oras provincias o países, el reparto de lo que se encargaba el "cartero''. A su vez, este empleado, que por lo general se desplazaba en bicicleta, repartía las cartas en los distintos barrios. 


El buzón fue incluso objeto para simbolizar un chiste aludiendo a fraude o a lo que se denomina "el cuento del tío''. Esto es al decir, por ejemplo: "te vendieron un buzón''. Debido a que no tenía valor económico 
En la actualidad, su valor se lo da el paso del tiempo. Sirvió desde fines del siglo XIX y su uso llegó hasta fines de la década de 1970. El avance tecnológico y las medidas de seguridad, dejaron de lado a este objeto que marcó a varias generaciones en nuestra provincia. 


Otro de los objetos que fueron de suma utilidad en los lugares públicos de la ciudad fue el teléfono público. En la actualidad es mudo testigo del progreso tecnológico en el que los teléfonos móviles acaparan la atención de las personas sin distinciones de edad. 


Hubo una época, allá por la década de 1970 y 1980 cuando la única compañía de teléfonos era la estatal "Entel''. Sus cabinas estaban distribuidas en distintos lugares de la ciudad de San Juan como también en los distintos conglomerados urbanos del país. 


Se podía acceder a una llamada con sólo colocar una ficha, también llamada "cospel'' y eso habilitaba para hacer una llamada de 3 minutos.  


Cuando llegaron las privatizaciones de la década de 1990, en la provincia, los teléfonos públicos eran y siguen siendo propiedad de la empresa española "Telefónica de Argentina''. 


Estos teléfonos funcionaban con monedas de 5, 10, 25 y 50 centavos. Claro que las dos primeras ya no existen. 
Cuan importante era poder llegar al teléfono público para hacer una llamada que podría significar algo importante. Pero, el tiempo y los avances tecnológicos le pasaron por encima como un tsunami. 


Cuantos vestigios se ven en la ciudad, sólo hay que mirar con atención para ver esos íconos de un San Juan de antaño pos terremoto de 1944.