Los profesionales deben comunicarse con sus pares de otras empresas, con otros hombres de negocio; es necesario que lean revistas especializadas, y que asistan a conferencias, para ampliar sus conocimientos, personales y de mercado; para que puedan vislumbrar hacia dónde apunta éste, y no que lleguen a ser más de lo mismo.

¿Cuánto vive una empresa?. Es intrigante ver desaparecer una empresa centenaria. Se sufre una especie de abandono, inestabilidad, incertidumbre. Y cabría hacerse este interrogante: Con tantos cursos de gerenciamiento y management, casos estudiados, recetas para prevenir el éxito ó fracaso, ¿cómo es que una antigua empresa desaparece?.

En estos tiempos, es realmente raro encontrar una empresa con más de 100 años. Las empresas privadas son compradas por otra, se disuelven, o bien quiebran. Sorprende lo efímero de todo esto; entonces, volviendo al planteo anterior: ¿Cuánto tiempo vive una empresa?. Se podría llegar a la conclusión de que la mayor parte no dura más de 10 años.

Muchos sucesos desde el punto de vista político, como económico, han sucedido en los últimos 60 años, y lo que nos podría llamar la atención son aquellas empresas que cesan sus actividades después de este período. ¿Qué es lo que realmente ha ocurrido con ellas?. Desde luego, han llegado a ser empresas exitosas, con muy buenos recursos, tanto económicos como humanos, que han podido alcanzar una masa crítica suficiente como para generar esos cambios que les permitieran adecuarse al medio ambiente; y sin embargo caen.

Una primera aproximación al entendimiento de esto, se podría dirigir hacia la capacidad del hombre. Al desaparecer "el creador original" de la empresa (de tratarse de una empresa familiar, u otra similar), ésta llegaría a perder su ventaja competitiva. Pero si hacemos un análisis más próximo, esta idea resultaría muy poco satisfactoria, por el simple hecho de que hubo muchas otras empresas que alcanzaron el éxito sin su fundador, pero con un gerenciamiento profesional y, no obstante, con el correr del tiempo, también dejaron de existir.

Por otro lado, y viendo más de cerca la realidad empresarial, la mayoría de las grandes empresas no dependen de un solo hombre, sino que de equipos profesionales, y con el aditamento de poder tener acceso a las mejores consultoras. Entonces, ¿por qué perecen?.

En la Argentina, estas últimas décadas se han visto claramente caracterizadas por un fenómeno: El terreno de la investigación ha estado separado: Las ciencia y las humanidades. Cada una de ellas concentradas en su tema, sin intercambio de información, y lo que es peor aún, ignorando si el avance del pensamiento fuera su disciplina.

Hoy en día, y de hecho por fortuna, los matemáticos trabajan con el pensamiento filosófico, los filósofos políticos se nutren de las novedades de la física, y la psicología usa sistemas matemáticos. En definitiva, y como lo haría notar Karl Popper, los grandes descubrimientos no se operan sino con el encuentro entre disciplinas. Este desarrollo ha afectado, en mayor o menor medida, a intelectuales, universitarios, profesionales, y hasta al común de la gente. Pero quizás en mundo de los negocios, del management, de la estrategia empresaria, se ha mantenido (y en algunos casos aún hoy se mantienen), en la oscuridad.

Los profesionales universitarios tienen una vocación interdisciplinaria, algunos empresarios también. Pero, en el caso de estos últimos, la focalización es hacia los resultados, cada vez a menor plazo, con lo que se ven forzados a concentrarse en cuestiones operativas. Las permanentes incertidumbres provocadas por nuestros mercados, pueden llegar a quitar a estos últimos, el entusiasmo de incorporar otros cuestionamientos más amplios; por lo que los temas estratégicos son casi ignorados o simplificados.

En un esquema como el descripto, los contactos con el mundo exterior, básicamente son con los auditores, banqueros, competidores, asesores políticos, impositivos, abogados, etc., pero siempre relacionados con la empresa. Esta mecánica ha producido, en muchos casos, un cierto autismo que ha traído como resultado un grupo de empresarios poco permeables a disciplinas tales como la psicología, filosofía, sociología, física, matemática, etc., y mucho menos que llegasen a pensar en como los avances y las enseñanzas en estas áreas deberían influir en el pensamiento estratégico del rumbo a seguir.

La educación, por ser un fenómeno humano, que resulta externo a la realidad dada, y a la divinidad, es el medio por el cual el profesional, puede salir del medio y adentrase a la cultura.

Es un hecho que aún en estos tiempo, existan empresas que piensen en forma determinista (Determinismo: Doctrina que somete los acontecimientos del universo a leyes naturales necesarias.) Se ha crecido con conceptos rígidos que explican en forma universal a los fenómenos que ocurren alrededor de las personas. Sobre esto Ilya Prigogine expresa: ¿Aquello que nos parece ordenado no es más que un caos indeterminado: No hay reloj, ni relojero… El mundo es eventual, caótico, imprevisible; las ciencias físicas, al igual que las ciencias humanas, no serán más que una suma de azares. Con esto, la vieja tendencia a universalizar los resultados de las investigaciones, ha cambiado sustancialmente; los mismos pudieron se refutados, o bien por resultar insuficientes tantas teorías sólidas que en su momento los sustentaban. Hoy se piensa de una manera más probabilística, en donde el hombre está ubicado en una posición mucho más humilde frente a la naturaleza, o a su propio comportamiento tanto individual como colectivo.