La autorización del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) para que en los partidos bonaerenses de Berisso y Avellaneda se elabore el Vino de la Costa con "’Vitis Labrusca”, conocida como "’uva chinche”, ha conseguido calmar la polémica en torno a un tema en el que estaban entremezclados distintos intereses sectoriales. Por un lado, los representados por los productores que pretendían su reconocimiento y, por otro, el resto de la industria vitivinícola de las principales provincias productoras que se oponían a la calificación de varietal.

La resolución del INV busca "’encapsular” la elaboración de la Costa, prohibiendo que se plante "’uva chinche” para vinificar en cualquier otro punto del país, por lo que sólo las 23,7 hectáreas cultivadas en la zona bonaerense se podrán vinificar y comercializar en su lugar de origen. Además, se descartó la posibilidad de derogar la Resolución 23, que aceptó al Vino de la Costa como producto regional, porque no se puede obligar a los productores a que dejen de elaborar vinos con "’Vitis Labrusca”, así como tampoco impedir la utilización de la palabra "’vino”, en las etiquetas.

Ante este giro, el INV seguirá de cerca al Vino de la Costa y brindará asistencia técnica y legal a los productores y se comprometió a intervenir en el conflicto suscitado, a promover e incentivar la reconversión de los viñedos de Berisso y Avellaneda, o bien convencer a los productores de que el mejor destino de su materia prima es convertirla en jugo de uva.

Desde la Comisión Técnica se expresó que lo actuado por el INV es lo más conveniente y que no se puede desconocer que los elaboradores de Avellaneda y Berisso llevan alrededor de 100 años ejerciendo esa actividad. La Unión Vitivinícola Argentina (UVA) también reconoció como "’aceptable” la propuesta del INV, considerando que la nueva reglamentación pondrá fin al viejo conflicto.

Lo actuado hasta ahora por el INV y los demás sectores que intervinieron en la resolución del tema, sin duda, ha logrado destrabar una complicada situación, pero es de esperar que lo dispuesto no sufra ninguna transgresión y se cumpla de acuerdo a lo previsto. Caso contrario se estará abriendo la posibilidad de que vinos de baja calidad, como el citado, comiencen a invadir el mercado, en perjuicio de la industria vitivinícola en general.