Recuerdo nítidamente mi visita a su casa madrileña. Habíamos quedado para la entrevista una semana antes y por teléfono ya me dejó una sensación de hombre humilde en sus formas, más allá de saber de antemano que se trataba de un brillante ensayista e ilustre filósofo español. Había requerido su valiosa opinión especialmente sobre la Argentina para un semanario porteño de tirada nacional para El que trabajaba y perteneciente a la Editorial “Atlántida”.
Enseguida, sin que mediara la primera pregunta, me apuntó entusiasmado, dibujando una gran sonrisa que brotaba de un rostro apacible: “Soy feliz cuando voy a Buenos Aires. Me gusta todo su país. Es espléndido”. Sin embargo, más adelante me enmudecería por unos segundos cuando con esa profunda sinceridad y convicción innata de quien no esboza ninguna frase sin sustento firme, lanzaría con la misma dulzura una dura sentencia: “Sois muy jóvenes los argentinos faltan muchas décadas para que logréis la adultez ideal. Pero ello no debe preocuparos porque es natural, y hay que saber también que la democracia tiene recursos para superarse a sí misma y que la voluntad popular debe manifestarse en elecciones libres donde participen todos”.
El filósofo que más sabía de Argentina
Considerado El discípulo más destacado de José Ortega y Gasset, era El filósofo que más sabía de Argentina. En 1996 mereció El Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, compartido con El periodista e historiador italiano Indro Montanelli. Tenía poco más de 20 años, cuando tras obtener la licenciatura en Filosofía, se declara la guerra civil española (que Marías siempre denominó “incivil”), y optó por apoyar las tropas republicanas.
Dado que sufría de miopía no fue al frente de combate sino que quedó al servicio de traducciones por sus conocimientos de francés, alemán e inglés. Incluso durante esa contienda desde la revista “Hora de España”, alentó a sus conciudadanos a defender la República.
Por ello, tras El triunfo de Francisco Franco (1939), se negó a dar clases en la península, lo que le valió pasar unos meses en la cárcel con El riesgo de haber sido fusilado. Pero se salvó gracias al apoyo del escritor Camilo José Cela (luego Nobel español de las Letras) y de la familia de Ortega y Gasset.
España con las puertas cerradas
Cerradas para él todas las puertas en España, otras casas de altos estudios del resto de Europa, Sudamérica y los Estados Unidos disfrutaron de sus conocimientos, a pesar de su juventud. Y recién en 1951, diez años más de lo previsto, pudo obtener El doctorado en Filosofía en la Universidad de Madrid.
Gran lector desde niño, ya los 26 años había escrito una “Historia de la Filosofía” y desde 1964 fue miembro de la Real Academia de las Letras hasta su fallecimiento a los 91 años hacen ahora 20 años, en vísperas de la Navidad de 2005. Se lo consideró El más notable discípulo del autor de “La rebelión de las masas”, José Ortega Y Gasset.
En El momento de nuestra entrevista, Julián Marías ya era viudo, de su esposa, la profesora y escritora, Dolores Franco, con quien había tenido cinco hijos, uno de los cuales, Javier, El penúltimo y ya fallecido, fue un destacadísimo novelista.
Tras la muerte del dictador español y ante El advenimiento de la democracia, El rey Juan Carlos, ya entonces nuevo jefe del Estado, lo designó “senador” entre 1977 y 1979.
Se trataba de una prerrogativa del monarca para integrar la primera Cámara Alta del posfranquismo con grandes personajes de la vida cultural, política y económica nacional. “Europa debe saber hoy nos decía Marías- que Argentina y todos los países que han salido de largas depresiones, forman parte de Occidente, y nuestro continente es parte de Occidente. Entonces, no puede pensarse Europa sin América, porque Occidente es Europa más América.
“Pensar en grande para El presente y El futuro”
Muchos de los jóvenes y de las nuevas generaciones saben poco de lo que les pasó a ustedes, y en España pasa lo mismo. No hay que olvidar, porque es peligroso olvidar. Y si bien ustedes vieron renacer sus ilusiones tras la dictadura, con los años disminuye esa ilusión. Pasa también aquí, por los grandes avances que nos hacen más fácil la vida. Y eso hay que observarlo con ojos críticos. Pensemos en grande para El presente y para El futuro”.
Una gran obra literaria
Con casi un centenar de obras publicadas, destacan la ya citada “Historia de la filosofía” (Revista de Occidente, Madrid 1941, traducida al inglés), “El tema del hombre” ( Revista de Occidente, Madrid, 1943), “Introducción a la filosofía” (Revista de Occidente, Madrid, 1947), “La filosofía española actual. Unamuno, Ortega, Morente, Zubiri” ( Espasa Calpe, Madrid, 1948), “Ortega y tres antípodas. Un ejemplo de intriga intelectual” (Revista de Occidente, Buenos Aires, 1950),” Biografía de la Filosofía” (Emecé, Buenos Aires, 1954),”Idea de la Metafísica” (Columba, Buenos Aires, 1954), “La estructura social. Teoría y método” (Sociedad de Estudios y Publicaciones, Madrid, 1955),”Filosofía actual y existencialismo en España” (Revista de Occidente, Madrid, 1955),”Los españoles” (Revista de Occidente, Madrid. 1962), “Antropología metafísica. La estructura empírica de la vida humana” (Revista de Occidente, Madrid, 1970), “La Justicia social y otras justicias” (Ed. Seminarios y Ediciones. 1974), “Problemas del cristianismo (BAC, Madrid, 1979), “La mujer en El siglo XX” (Alianza, Madrid, 1980) y “Breve tratado de la ilusión” (Alianza, Madrid, 1984), “La felicidad humana” (Alianza, Madrid 1989), “Razón de la filosofía” (Alianza, Madrid, 1993),etc.
* Periodista. Fue corresponsal adjunto de las revistas de Editorial “Atlántida” de Argentina en España

