Cada 3 de octubre y desde 1990 la República de Alemania celebra su fiesta nacional o lo que oficialmente se conoce como “El Día de la Unidad Alemana” (Tag der Deutschen Einheit). Establecido para conmemorar la entrada en vigor de la reunificación alemana, tras la caída del Muro de Berlín, en noviembre de 1989. Así, se formaliza con un histórico documento que firmaron las autoridades de las entonces República Federal de Alemania y República Democrática Alemana, y que tuvo forma de “contrato” o “Einigungsvertrag” (en alemán). Por ello hoy, en todo el país, pero especialmente en la muy atractiva capital, Berlín, numerosas actividades culturales, educativas y festivas iluminan su ya elogiado paisaje urbano y cultural. Y este año 2025 encuentra la conmemoración con mejores noticias para el alemán medio y para la República entera que venía sufriendo un sorprendente estancamiento económico, similar al de parte de la Unión Europea (UE).
Siendo uno de los primeros países en materia de crecimiento en las últimas décadas, había caído notablemente entre 2023 y 2024, lo que obligó al gobierno de Berlín a tomar medidas drásticas para recuperar el crecimiento.
Y, según un documento de los institutos económicos alemanes, “La política financiera expansiva oculta la debilidad del crecimiento” de la mayor economía europea, pero se asegura también que “en los dos próximos años debería acelerar notablemente el crecimiento económico hasta el 1,3 % y el 1,4 %, respectivamente”.
Berlín reconvertido es llamado muchas veces “la capital europea del siglo XXI”, como sucedió en los dorados años veinte, previo a su degeneración espiritual y cultural durante la dictadura nazi y la devastación durante la Segunda Guerra Mundial.
Reunificación deseada por todo el mundo
Y hoy la historia nos indica que se cumplen 35 años de aquella reunificación que fue tan deseada por todo el mundo. Tres décadas y media del histórico traslado de organismos oficiales desde Bonn, la anterior capital, a Berlín. Recordemos que el emblemático edificio del Reichstag fue reformado para las sesiones del Parlamento Federal (Bundestag). Y la populosa e histórica zona del Potsdamer Platz, que era atravesada por el muro y donde otrora se instaló el primer semáforo de Europa, fue casi totalmente reconstruida. Inmediatamente después se dejó inaugurado el ascensor más rápido de Europa, que se eleva a una velocidad de 8,5 m/s y está situado en uno de los rascacielos del complejo de la Daimler-Chrysler, el mayor inversor de la zona.
Paralelamente, cientos de miles de viviendas fueron rehabilitadas, sobre todo al Este de la Ciudad, en la ex República Democrática Alemana (RDA), junto a la construcción de nuevos complejos habitacionales, en un alto porcentaje para dar techo a los centenares de familias que quedaban por instalarse, empleados, funcionarios o ciudadanos vinculados a la actividad oficial en la nueva capital. Un sector muy importante del Berlín histórico está enclavado en el llamado Berlín-Mitte, barrio de la ex RDA, donde una de las mayores atracciones fue la magnífica restauración del viejo edificio oficial del Instituto Goethe, asociación de utilidad pública sin fines de lucro que los sanjuaninos conocemos bien a través de su delegación en la provincia. Las tres grandes universidades (Humboldt, Libre y Técnica); sus numerosos institutos públicos y privados, varios de ellos de investigación científica; sus 150 teatros (con 400 grupos libres) y tres de ópera (Deutsche Oper, Deutsche Staatsoper Unter der Linden y Komische Oper); grandes orquestas, 150 cines, 200 galerías de arte y 70 museos, en su mayoría son escenarios de actividades conmemorativas hoy y en lo que resta de la semana por el Día de la Unidad Alemana.
Berlín recuperó el espíritu cosmopolita
Es que, en estas décadas, desde la reunificación, Berlín recuperó su espíritu cosmopolita, junto a la escasa cuota de racismo existente: “Todos somos extranjeros”, rezó muchas veces una pancarta en la plaza August-Bebel, al frente de una multitudinaria manifestación “por la comprensión universal” y en alusión a casos de xenofobia en Francia, en Austria y otras ciudades europeas.
Berlín reconvertido es llamado muchas veces “la capital europea del siglo XXI”, como sucedió en los dorados años veinte, previo a su degeneración espiritual y cultural durante la dictadura nazi y la devastación durante la Segunda Guerra Mundial. Eso sí, no se ha cumplido todo lo que prometió el histórico canciller Helmut Khol, máxima autoridad de gobierno en aquellos momentos de la reunificación. Y lo hacen notar cada tanto los jóvenes berlineses nacidos en el Este de la capital, donde más fue necesario invertir para ponerlo a ritmo de los tiempos. O por lo menos similar al Berlín Oeste que supo crecer aceleradamente y en libertad durante los largos 28 años en que existió el muro de la vergüenza, desde el 13 de agosto de 1961 hasta su caída el 9 de noviembre de 1989.
* Realizó en Berlín un Seminario para Periodistas de Latinoamérica sobre la R. F. de Alemania, promovido por el I. Goethe, por encargo del Gobierno Federal Alemán.

