Por Orlando Navarro – Periodista
No sabemos si a esta altura de los acontecimientos, el “Chiqui” Tapia habrá tenido tiempo de arrepentirse de la peregrina idea que tuvo de inventar un campeonato para Rosario Central. Una avalancha de sucesos siguió a esa decisión, que operó como una bomba activada de improviso y que al explotar levantó un hongo negro que toma cada vez mayores dimensiones. Que tal parece no tuviera techo y abraza al esparcirse personajes de todo tipo y sector, reconocidos algunos e ignotos otros.
En la base del lanzamiento de ese explosivo, se abrió como un enorme hueco, que descubrió una serie de túneles ocultos, que forman como un laberinto que los conecta por aquí y por allá, en la opacidad con que, impunemente, se movieron los protagonistas de esta historia. Y que llevó a la Justicia a “tirar” de la punta de esa madeja, y horadar en ese mundo donde reina el secretismo de los negocios ilegales. Y que se movilizó sin que funcionaran adecuadamente los organismos de control, así como el examen riguroso de la trazabilidad de esos fondos, que no despertó las alarmas previstas para estos casos. Por ejemplo, de los denominados ROS, Reporte de Operaciones Sospechosas, que no fueron informadas adecuadamente y a tiempo por lo que se ve. Porque de otro modo todo esto que ahora sale a la luz, hubiera sido operado en su momento para ser neutralizado y llevado a la Justicia para la respectiva investigación.
El mundo del fútbol y la sociedad en su conjunto, observan perplejos que detrás de esa pasión que mueve multitudes, la transa y la corrupción se movió impunemente y hay como una paranoia que hace desconfiar de quién es esa persona que dirigió su club, compró y vendió jugadores, obtuvo campeonatos, o se fue al descenso, o que de pronto salió campeón, o desnudó, imprevistamente, que la institución estaba fundida.
Finansur, la financiera que habría intervenido en esas operaciones donde ahora interviene la PROCELAC y la Justicia, está en el ojo de la tormenta y está siendo investigada frente a una población impávida que no entiende cómo personajes, a los que no les cierra el blanco, pudieron llevar una vida de magnates, comprando ampulosas propiedades, autos de todo tipo y color, viajando por el mundo, aviones, yates y otras excentricidades. Resultaría muy apropiado pensar que se trata de dinero negro, con origen en actividades ilegales, que pasaron bajo el radar sin ser reportadas.
Y en el centro de todo, la AFA, entidad máxima de nuestro fútbol y que ya venía “cascoteada” por la sospecha de arbitrajes arreglados, que les permite ganar y subir a algunos y bajar a otros. Nuestro comprovinciano Tapia ha tomado actitudes que se asemejan más a un emperador que a un dirigente del fútbol. Por supuesto con la complicidad, por acción u omisión, del Consejo Ejecutivo, que le viene avalando todas sus acciones, excepto la reacción de la “Brujita” Verón, que le hizo manifestar a sus jugadores la disconformidad con el título inventado para Central, haciéndolos poner de espaldas en aquel famoso encuentro y que dio origen a la catarata de derivaciones que vino después. River también se sumó a esa reacción.
Días atrás ocurrió que el titular de la Inspección General de Justicia de la Nación, Dr. Daniel Vítolo, agregó más carne podrida sobre las sospechas anteriores, al declarar que la AFA lleva 8 años de estados contables sin aprobar. Especificó que data de 2017, año en que asumió Tapia, donde tiene la primera observación, y se prolonga hasta el 2024, donde se registró la última. Detalló también que existen gastos denominados de “administración y gestión” del último ejercicio por 18 millones de dólares, un denominado “monto global” por 3 millones de dólares y “gastos selecciones nacionales” por 44 millones de dólares, entre otros, que no han sido rendidos. Estimó Vítolo que expresados en dólares, el gasto total sin explicar por la AFA alcanza los 111 millones.
Allí estaría la razón por la cual la AFA mudaría su sede a la Provincia de Buenos Aires, exactamente a Ezeiza, y sortear así la jurisdicción de la Nación escudándose en la aparente protección que le daría la gobernación bonaerense. Al respecto, el doctor Vítolo adelantó que no va a permitir que se vaya de jurisdicción, sin antes haber rendido como corresponde esos gastos.
A esta altura, cabe preguntarse por qué esa institución de control ha dejado pasar tanto tiempo sin exigir el cumplimiento de las normas y en explicitar públicamente estas irregularidades. Ha tenido que pasar el fenómeno de la doble fila fallida de los jugadores de Estudiantes, para que la verdad oculta se manifieste a los ojos de todos. Los ciudadanos están hartos de tanta conducta obscena y hasta delictiva, de ciertos dirigentes. La mano de la Justicia debe caer sin contemplaciones, una vez determinadas las responsabilidades, para que desde ahora en adelante se sepa que no es gratuito obrar corruptamente, burlándose de la confianza que se les ha dispensado a esos deshonestos regentes de los intereses públicos

