Según la ONU, hoy en día los bosques albergan el 80% de las especies de anfibios, el 75% de las especies de aves y el 68% de las especies de mamíferos del planeta, lo que urge especialmente a regenerarlos y conservarlos. Por lo que hoy 22 de mayo de 2025, en el marco del Día Internacional de la Diversidad Biológica, en un momento en que la biodiversidad enfrenta una crisis sin precedentes dinstintos organismos no gubenamentales refuerzan su llamado global a regenerar ecosistemas altoandinos, destacando su misión de conservar bosques nativos y proteger especies clave en países como Argentina, Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia. Este proyecto se presenta como una de las estrategias más efectivas y urgentes de restauración ecológica.

Cada año se pierden unas 10 millones de hectáreas de bosques debido a la conversión a usos agrícolas y otros usos de la tierra. Dentro de ese panorama, los bosques son hábitats claves para mantener y conservar la biodiversidad. Sumado a esto, el impacto económico de la degradación afecta al bienestar de 3.200 millones de personas y representa más del 10% de la producción económica mundial en pérdida de servicios de ecosistemas.

Bosques andinos como solución climática
Acción Andina, cofundada en 2017 y galardonado como una de las siete Iniciativas Emblemáticas de Restauración Mundial por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), además de haber sido reconocida con el Premio Earthshot del Príncipe William en la categoría “Proteger y restaurar la naturaleza” destaca en esta fecha, puntos clave de la restauración de los bosques, con el fin de aportar al objetivo global de restauración de la ONU de al menos 1.000 millones de hectáreas de tierras degradadas en la próxima década:

Visibilizar el valor de los bosques andinos como solución climática: Comunicar que proteger y restaurar estos ecosistemas no es solo una acción ambiental, sino una respuesta estratégica frente a la crisis climática. Los bosques altoandinos son reservorios de agua, carbono y vida. Justamente, Constantino Auccas, Confundador de Acción Andina afirma que “Restaurar un bosque no es solo devolverle árboles a la tierra: es reactivar una red de vida que incluye agua, suelos, animales, hongos, comunidades humanas y saberes ancestrales”.

Restaurar ecosistemas nativos es una de las formas más efectivas y accesibles de mitigar la crisis climática, recordando que la biodiversidad no es un lujo, sino la base de nuestra existencia.

Solo la pérdida de bosques tropicales vírgenes alcanzó los 6,7 millones de hectáreas, es decir un aumento del 80% respecto a 2023 y una superficie similar a la de Panamá, porque Brasil tuvo dificultades para contener los incendios en la Amazonia.

Reforestar con identidad biológica local
Cada árbol nativo recuperado es una pieza del ecosistema que vuelve a la vida. Por eso para cada región es vital priorizar la plantación de especies nativas, clave por ejemplo en los bosques altoandinos, esenciales para conservar agua, suelos y biodiversidad endémica.

Se hace necesario también la participación de comunidades campesinas, integrando sus conocimientos en la restauración ecológica Andina en Argentina, Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia. Además de articular esfuerzos con universidades, investigadores y organizaciones locales para asegurar un enfoque técnico. La evidencia científica refuerza la legitimidad y la efectividad de las acciones.

Incendios en Amazonas con pérdidas récords
Los incendios masivos provocados harán que la pérdida mundial de bosques bata récords, según un informe oficial.

Solo la pérdida de bosques tropicales vírgenes alcanzó los 6,7 millones de hectáreas, lo que supone un aumento del 80% respecto a 2023 y una superficie similar a la de Panamá, principalmente porque Brasil tuvo dificultades para contener los incendios en la Amazonia. Países como Bolivia y Canadá, también sufrieron incendios forestales. Era la primera vez que el informe anual, publicado por el Instituto de Recursos Mundiales y la Universidad de Maryland, mostraba los incendios como la principal causa de pérdida de bosques tropicales.

Brasil, que posee la mayor parte de los bosques tropicales del mundo, perdió 2,8 millones de hectáreas. Bolivia superó a República Democrática del Congo como segundo país con mayor pérdida de bosques tropicales.

La pérdida de bosques en Bolivia aumentó un 200% en 2024. En toda América Latina, el informe señala tendencias similares en México, Perú, Nicaragua y Guatemala.

Los conflictos en Colombia y República Democrática del Congo también dispararon las tasas de deforestación, ya que los grupos armados agotaron los recursos naturales.

Fuera de los trópicos, los bosques boreales, que evolucionaron con incendios estacionales, también registraron una pérdida récord de árboles en 2024. Canadá y Rusia perdieron cada uno 5,2 millones de hectáreas en 2024.

Por Manuela Andreoni y Alexander Villegas
Agencia Reuters