En las peores circunstancias de la vida sale a la luz una de las virtudes del pueblo argentino. Es la solidaridad. Ejemplos sobran, sin embargo hubo situaciones icónicas que movieron el corazón de los hijos de esta tierra. La historia dice que todo el país se encolumnó en ayuda de San Juan para los terremotos de 1944 y 1977. También en distintas inundaciones ocurridas en provincias del litoral. Y, lo más reciente en Bahía Blanca como también en zonas de San Juan como Jáchal.

Cabe recordar que en Bahía Blanca cayeron en pocas horas más de 340mm de agua. Es decir, lo que cae en San Juan casi en cuatro años, ya que el promedio en la provincia cuyana es de unos 100 milímetros anuales.

Ante esta tragedia como tantas otras, los argentinos saben de sufrimiento, de injusticias, de malas políticas. Saben que tienen un territorio de los más ricos y variados del mundo, empobrecido por el egoísmo de personas que a lo largo de la historia se metió como cizaña entre el trigo para destruir la riqueza de una nación.

Esa conmovedora acción solidaria de todos los argentinos, sin esperar dirección del gobierno bonaerense o nacional, sigue de manera incesante para llegar con el oportuno socorro a los bahienses. Con todo tipo de ayuda que se hace llegar de cualquier forma para esos 350.000 compatriotas que viven en una ciudad estratégica del país como lo es Bahía Blanca.

Estratégica, porque desde su puerto se exporta todo tipo de mercaderías al mundo, incluso energía. Estratégica para la defensa nacional y por sus riquezas agrícola-ganadera.

Capitalizar la experiencia
Esta tragedia no hay que dejarla en el olvido. Más bien hay que capitalizar toda la experiencia para que este tipo de situaciones no pasen ni en esa ciudad ni en ningún lugar del país, en la medida de lo posible.

Se sabe que no se puede controlar la fuerza de la naturaleza. Pero, si, hacer previsiones. Tanto el Gobierno Nacional como los de todas las provincias están en la obligación de convocar a las instituciones que puedan aportar sus conocimientos para trabajar en una cuestión de estado como lo es la infraestructura del país en todas las áreas.

Podrán surgir nuevos y poderosos acontecimientos provocados por la naturaleza. Por ese motivo se deben convocar a universidades, expertos en Geología, Ingeniería en todas las especialidades como agrimensores, entre otros.

Se trata de un trabajo multidisciplinario para brindarle soluciones al país. Es decir, unidos por el “Bien común”, tal cual lo expresa el Preámbulo de la Constitución Nacional, que tan poco y nada se lo llevó a la práctica en el último siglo. Y que no ha sido demandado a los funcionarios en su justa medida, tal cual el juramento que suelen hacer al asumir un cargo político nacional y/o provincial.

La tragedia de las inundaciones como en otras catástrofes necesitan la presencia de los principales líderes y gobernantes en cada sitio de los sucesos acontecidos. Ayer, el presidente de la Nación Dr Javier Milei llegó hasta Bahía Blanca para conocer en el terreno la situación de la comunidad. Además de tomar medidas que llevarán a cabo los distintos organismos del Estado para hacer frente a esta tragedia. Lo propio hizo el gobernador sanjuanino, Marcelo Orrego en la localidad jachallera de Huaco.

En este cambio de tiempos en el país, la sociedad quiere cambios radicales en la actitud de quienes trabajan en política, con el fin de superar años de decadencia, frustraciones y corrupción que impidieron el desarrollo de una mejor infraestructura nacional.

Por José Correa
DIARIO DE CUYO