A pocos días de la apertura de la Expo San Juan Minera 2024, décima edición, es oportuno subrayar que desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se viene enfocando la mirada sobre los desafíos globales que enfrenta la Humanidad en estos tiempos, como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la degradación ambiental, la paz y la justicia.
En esa nómina de advertencias una de las metas son las empresas mineras que, en el caso de las argentinas, ya aceptaron hace tiempo el cumplimiento de 17 objetivos desarrollados con metas específicas a cumplir.
Precisamente, para el gerente de Sustentabilidad de McEwen Copper, empresa minera (proyecto de cobre) “Los Azules” y ex presidente de la Cámara Minera de San Juan (2019-2023), licenciado en geología Mario Hernández, “lo primero que hacemos es tomar datos ambientales del lugar instalando estaciones meteorológicas, pero lo más importante es como empezamos a monitorear la calidad del agua, porque esas condiciones ambientales ser van a seguir estudiando durante el tiempo que dure la exploración; por eso los muestreos de agua son tan importantes”.
“Para el geólogo Mario Hernández, de amplia trayectoria en el sector minero local, los primeros trabajos ambientales que se hacen en el proyecto minero, son la referencia que vamos a sostener durante la construcción, la etapa productiva, el cierre y el pos cierre”.
> Estudios ambientales
Pero no todo acaba ahí, sino que posteriormente viene una serie de estudios ambientales paralelos a los de agua como la flora, la fauna, las condiciones de calidad de aire y ruidos. Y no hay que olvidar que este concepto de sustentabilidad, hoy omnipresente en las exploraciones, aparece por primera vez en el informe Brundtland de 1987, llamado “Nuestro futuro común”.
Por eso para Hernández, premio “Minero del Año 2022” de la revista “Panorama Minero”, esas variables se miden y las condiciones ambientales previas a la puesta en marcha del proyecto “son los parámetros básicos que nos dicen entre que niveles deberemos estar conviviendo con ese ambiente. Y son los primeros trabajos ambientales que se hacen en el proyecto minero, porque es la referencia que vamos a sostener durante la construcción, la etapa productiva, el cierre y el pos cierre”.
En el caso de “Los Azules” es una etapa productiva que puede llegar a los 30 años, pero donde, según Hernández, estos controles ambientales “arrancaron primero y van a terminar después, mientras se hace más intensivo el control y se va cubriendo más el territorio”.
Naturalmente para trabajar sobre el control ambiental se necesita una muy importante inversión en relevamientos sobre la flora y fauna, contando con muchos datos como calidad de agua, que, según nuestro entrevistado, “es un trabajo que debe cumplirse sin afectar la calidad de vida de la población, porque la cuestión ambiental es primordial en la empresa como base de nuestra sustentabilidad es decir producir sin afectar la calidad de vida de las nuevas generaciones”.
> Legislación promovida por la ONU
Y si hablamos concretamente de la legislación ambiental puntual promovida por la ONU con 17 “objetivos de desarrollo sostenible” a cumplir, Hernández puntualiza que se trata “de una serie de regulaciones incorporadas en el marco de procedimiento de la compañía como el estándar a respetar y cumplir, una de las buenas razones por las cuales nosotros tenemos una serie de controles especialmente en la calidad, en la seguridad y en la calidad de vida de los trabajadores en nuestros campamentos”.
No hay que olvidar que hasta la década del “80 del siglo pasado prácticamente no había controles, hasta que la ciencia se comprometió en poner sobre la mesa las pruebas y los datos necesarios para alertar a la Humanidad. Y fue ahí cuando, en el año 2000, la ONU adoptó los objetivos para satisfacer las principales necesidades de los más pobres, los “Objetivos de Desarrollo del Milenio”, entre los que figuran precisamente “Agua limpia y saneamiento”, “Energía asequible y no contaminante” y “Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente”, unidos a las premisas de protección medioambiental, desarrollo social y crecimiento económico. Toda esta normativa a cumplir nacida como se ve en el marco internacional, para Hernández, “ha sido adoptada por nuestro país como marco de referencia esencial para trabajar acorde a lo que establecen las leyes”.
Y precisando sobre el lugar de explotación de la empresa citada, Calingasta, el objetivo, dice, es “generar y crear valor social ya que la minería es una creación social y bajo ese concepto hay que trabajar mucho con la comunidad para que cada proyecto sea un factor de crecimiento y desarrollo para la sociedad”.
Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista

