Las bombas de racimo han causado más de 1.200 víctimas civiles en Ucrania desde la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022, afirmó el lunes un grupo de campaña.
Las de racimo, que pueden causar lesiones graves, han seguido siendo utilizadas por ambos bandos durante el conflicto, en particular por Rusia, causando muertos y heridos entre la población civil, señaló en un nuevo informe el Monitor de Minas Terrestres y de Racimo.
“Siguen produciéndose ataques contra zonas civiles y edificios residenciales. Los ataques individuales… han matado a decenas de civiles y han dejado cientos de heridos”, dijo Michael Hart, especialista en investigación del Monitor de de Racimo. Ni Rusia ni Ucrania forman parte de la convención de 2008 que prohíbe las bombas de racimo, que actualmente cuenta con 112 países miembros. Las bombas de racimo, las mismas que fueron utilizadas en la Guerra de las Malvinas, disparadas desde tierra o desde aviones, estallan en el aire, esparciendo sobre una amplia zona bombetas más pequeñas.
Los supervivientes suelen sufrir heridas graves por explosiones y quemaduras que pueden requerir atención médica de por vida y los activistas se preocupan en particular por las bombas sin estallar que permanecen en el campo de batalla mucho tiempo después de que finalice un conflicto.
Según el informe, Estados Unidos transfirió de racimo a Ucrania en al menos siete envíos distintos entre julio de 2023 y octubre de 2024, incluidas armas que aparentemente transitaron por Alemania, que es parte de la Convención.
El Monitor dijo que la retirada de Lituania del tratado en marzo de 2025 “planteó preocupaciones sobre la erosión de las normas de desarme humanitario.” Es el primer país que se retira de la convención.
Ucrania se unió en junio a varios países que anunciaron su retirada de la Convención de Ottawa sobre minas terrestres, ante lo que consideran crecientes amenazas militares de Rusia.
Su uso en las Malvinas
Cabe recordar que las bombas racimo son de las armas prohibidas por la Convención de Ginebra e incluso más de 120 países firmaron un acuerdo en el marco de la Convención para prohibir la producción, el almacenamiento, el uso y la transferencia de este tipo de bombas. Sin embargo, en Malvinas fueron lanzadas desde aviones B2 – Vulcan, a partir de 1 de mayo de 1982, según Argentina.gob.ar y actualidadRT en base a documentación militar de las FFAA argentinas.
Precisamente, en las Islas Malvinas, aún se pueden encontrar restos de las bombas que comenzaron a ser lanzadas desde los aviones B2 Vulcan durante el conflicto.
Martín Balza, exjefe del Estado Mayor General del Ejército argentino, reveló que estos proyectiles pueden explotar tanto en el aire, produciendo un volumen de fuego letal para el personal al descubierto, como en tierra. “Hay cientos de pequeñas granadas que pueden explotar inmediatamente o pueden tener cierto retardo. Explotan uno o dos días después, o más. Y ahí el mayor peligro cuando se emplean sobre población civil. La población civil no las ve y a veces chicos creen que es una pelota, la toman y produce efectos letales”, dijo el militar y veterano de guerra.
Por Olivia Le Poidevin
Agencia Reuters

