El anunciado temporal de Santa Rosa más allá de llegar el pasado sábado 30 de agosto con una puntualidad extrema, lo que obligó a suspender diversas actividades en distintas áreas de la vida social, cultural y deportiva de la provincia, ocasionó en esta oportunidad, por su intensidad, numerosas evacuaciones y la necesidad de asistir a más de 5.000 familias y unas 15.000 personas en distintos departamentos.
Después de mucho tiempo de que no se presentara una tormenta tan intensa y prologada, con sectores de la provincia donde llovió más de 24 horas ininterrumpidas, cayendo más de 100 mm, acompañados por nevadas en zonas de Pedernal, Barreal, Tamberías y Vallecito, el temporal de Santa Rosa llegó este año con cierta severidad dentro de lo previsto para cada año y como una forma de adelanto de lo que se espera para la próxima temporada de verano dentro del cambio climático que está afectando a todo el planeta.
Si bien los meteorólogos han pronosticado que la próxima temporada estival puede llegar a ser más calidad de lo normal, con temperaturas que podrían superar el promedio y una posible sequía en la región, esto podría generar un verano más extenso y activo, con la posibilidad de tormentas breves pero de mucha intensidad, similar a lo ocurrido en esta ocasión con el reciente temporal.
Los problemas que ha ocasionado la intensa lluvia de estos últimos días son los de siempre, con viviendas dañadas especialmente en los techos, anegamiento en el acceso a las viviendas, pérdidas totales de ropa y vestimenta de las familias, daños permanentes en electrodomésticos y pérdidas de las reservas de alimentos sobre todo en viviendas de las zonas más alejadas.
La preocupación de las autoridades de las distintas áreas de gobierno es que estos problemas que se están intentando resolver dentro de la emergencia, vuelvan a repetirse en cualquier otro momento, especialmente durante la temporada de verano a la que nos aproximamos dentro de unos meses.
Las comunidades que se tendrían que ir preparando para que esta situación no vuelva a repetirse son las que han resultado más afectadas en esta ocasión, como son las de los departamentos 25 de Mayo, Caucete, Chimbas, Albardón, Sarmiento, Ullum y Pocito, que es donde la tormenta se desató con mayor intensidad.
Más allá de los planes de contingencia que se puedan haber implementado en esta oportunidad, habrá que ir trabajando en otros planes de acción que contemplen la situación en que se encuentra cada comunidad para evitar que futuras tormentas afecten la vida normal en esas jurisdicciones.
No se trata solo de asistir a los damnificados por la lluvia con colchones, frazadas, palos, nylons y otros elementos considerados de primera necesidad, pero que no contribuyen con solucionar el problema de base que es otro. Esta gente continúa habitando viviendas precarias, con problemas en techos de caña y paredes de adobes, ubicadas en zonas inaccesibles cada vez que llueve y que luego de las tormentas, como en San Juan no llueve tanto, se olvidan de implementar las mejoras necesarias para que el problema no se repita.

