También conocida como +la Santa de la Luz+, su fiesta cada 13 de diciembre es celebrada en una veintena de países del mundo y en todos los casos con gran apoyo popular, partiendo de los oficios religiosos y procesiones, tal como también sucede en San Juan, en el departamento Santa Lucía. Si bien nació en Siracusa, Sicilia, Italia, las reliquias (restos) de la santa reposan en la admirada ciudad italiana de Venecia. Están conservados en una hermosa urna de cristal dentro de un ataúd dorado, y en su entorno, en estos días, la festividad marca numerosos actos que provocan gran atracción al turismo diario de esta “ciudad de los canales”. Hija de una familia rica y cristiana, Lucía vio la luz en el año 283 y falleció en el 304, es decir con solo 21 años. Siracusa está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y posee unos 125.000 habitantes. Venerada en la Iglesia católica, ortodoxa y luterana, Lucía de Siracusa es una de las vírgenes mártires más conocidas, junto con Ágata de Sicilia, Inés de Roma, Cecilia de Roma, Bárbara de Nicomedia y Catalina de Alejandría, respetadas todas ellas por “sus virtudes, santidad o representación+, y evocadas por los católicos en el Canon de la Misa, es decir en la oración más solemne, donde se da gracias a Dios y se transforman el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, recordando el sacrificio de Jesús.
Educada en la fe cristiana, Lucía consagró su vida a Dios y cumplió con un voto de virginidad. Pero para llegar a ello iba a pasar por muy dolorosos momentos, siendo martirizada y casi asesinada, pero terminó convirtiéndose milagrosamente en un ícono de luz y fe en todo el mundo. La leyenda detalla que su madre enferma, se sentía morir y buscó convencerla de que debía casarse con un joven pagano. Lucía rezó por su madre mucho tiempo y esta logró recuperarse y evitar la muerte. En ese momento la joven pidió que la liberara de aquel compromiso de casarse y que le dejara consagrar su vida a Dios y donara su fortuna a los más pobres. Su madre finalmente accedió. Pero su pretendiente la acusó ante las autoridades (el procónsul Pascasio), y la leyenda asegura que +le arrancaron los ojos como tortura por ser cristiana+, aunque otra versión popular cuenta que “ella misma se los quitó para alejar al pretendiente pagano que le admiraba su belleza”.
Finalmente, en ambos relatos, +Dios le devolvió la vista milagrosamente, lo que la convirtió en la patrona de la vista, y por eso se la suele representar con sus ojos en un plato”, simbolizando su vínculo con la luz y la vista. La iconografía se completa con una espada y una palma de martirio. Así, queda interpretada la misión de Santa Lucía como protectora de la vista, pues la tradición la ve como un símbolo de iluminación espiritual y protectora contra enfermedades oculares. En Europa, así como en todas las provincias argentinas y en San Juan la Municipalidad de Santa Lucía, han coincidido en memorar a Lucía, la santa, con oficios religiosos y procesiones, y también con atractivas fiestas populares. En el resto del mundo estos días son felices escenarios de celebraciones en países como España, Suecia, Noruega. Finlandia, Panamá, Venezuela, Guatemala, Nicaragua, Ecuador, y las ciudades de Valencia, Islas Canarias, Burgos, Valladolid y Galicia de España, así como Sicilia, Venecia, Verona y Brescia, en Italia. En las citadas ciudades del Viejo Continente es posible observar procesiones de miles de doncellas ataviadas con túnicas blancas, sujetando un candelabro y luciendo en sus cabezas una corona de velas que iluminan el invierno europeo.
Mientras tanto, en San Juan, y en el marco de la consagrada +Fiesta Nacional de Santa Lucía+, pasados pocos días del aniversario número 156 del departamento, también se pone de manifiesto la gestión municipal, calificada por su propios vecinos como +progresista, respetuosa de los servicios a los habitantes y con claras perspectivas de crecer en lo habitacional, productivo e industrial+. Esta fiesta de los santaluceños locales se realiza en la plaza departamental con dos escenarios, artistas locales y nacionales, espectáculos musicales y ferias. Las actividades religiosas consisten en la celebración de la novena y misas en la Parroquia de Santa Lucía, con horarios regulares y gran convocatoria, consolidándose así la fe y la identidad local en torno a esta santa universal, patrona de la vista y de la luz.

