La diplomacia vaticana tiene éxitos notables en el siglo XX y el siglo XXI: evitó una guerra entre Argentina y Chile por el Canal de Beagle, durante el papado de Juan Pablo II, y logró que se descongelen las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba, cuando Francisco era el jefe de la Iglesia Católica.

En las últimas setenta y dos horas, León XIV fue fiel a las enseñanzas de sus antecesores e inició un preciso movimiento diplomático que compartió con Volodimir Zelensky -presidente de Ucrania- y J.D. Vance, vicepresidente de los Estados Unidos.

El Papa se encontró en Roma con Zelensky y Vance, y en los dos cónclaves presentó al Vaticano como un posible escenario de negociación entre Ucrania y Rusia. La predisposición de León XIV implica una alternativa inesperada para Trump, que ayer dialogó casi dos horas con Putin y mantuvo dos comunicaciones con Zelensky para acordar un cese del fuego entre Rusia y Ucrania.

El esfuerzo diplomático de Trump no dio resultados. Putin agradeció la llamada, pero a continuación exigió abrir una negociación firme con Zelensky.

Las exigencias del líder ruso serían: apropiarse de la península de Crimea; declarar territorio ruso a las provincias de Donetsk, Kherson, Luhansk y Zaporiyia; prohibir el ingreso de Ucrania a la OTAN; rechazar el desembarco de tropas de Francia y el Reino Unido en Ucrania para garantizar su seguridad territorial; levantamiento de todas las sanciones económicas y financieras dispuestas contra Rusia por su invasión a Ucrania en febrero de 2022.

Los cinco reclamos de Putin fueron rechazados por Zelensky, durante la última conversación que mantuvo con Trump.

Es más, el líder ucraniano solicitó al presidente de los Estados Unidos que multiplique las sanciones contra Moscú como paso previo a negociaciones.

Por Agencia Reuters