Es dable observar a partir del análisis del acontecer de la experiencia histórica política local y global, que existe una volatibilidad política entendida como la dificultad de las opciones de oferta electoral en conectar un sentido político racional, más o menos permanente, con la base social y ciudadana que se anhela a representar.

En Argentina mirando el espejo retrovisor de la historia, se puede discernir cómo hubo décadas y centurias con partidos políticos con una parcialidad social de adhesión porcentualmente alta y constante medida contra el cotejo de la población total en situación de votar.

Empíricamente es altamente visible la cuestión señalada, a tal punto que se puede afirmar que en toda la historia argentina transcurrió signada por una lógica dialéctica muy especial, en tanto, esa lógica se encarnó en parejas conceptuales adversariales típicas, tales como, unitarios y federales, radicales y conservadores, radicales y peronistas, liberales y/o neoliberales y populistas en general, derechas e izquierdas etc.

Pero esa lógica binaria constante y firme que sucedió en el pasado, y, que, caracterizó muchos tiempos históricos, se ha visto por estos días resquebrajada, cuando no, puesta en aguda crisis, a tal punto de que la dinámica subjetiva de involucramiento político ha cambiado de modo marcado, volviéndose cada vez más volátil. Ello determina que cueste mucho ahora, y, en perspectiva futura, que la organización política, cualquiera sea la parcialidad de que se trate, se vea reflejada en la base que aspira representar. Lo subjetivo político devuelve una imagen que no coincide con lo proyectado por el grupo con pretensión de representación política, empezando por la falta de credibilidad.

Sociedad líquida y sociedad multitud
Ante esta crisis de representación y primado de la volatibilidad y el descredito de lo político, hay explicaciones teórico – científicos, en cuya virtud se proporcionan distintos marcos teóricos de respuestas. Tal es el caso del marco conceptual de la sociedad liquida y la conversión de las sociedades más en multitud que en pueblo.

Entonces, una forma de responder al por qué se produce una volatibilidad y falta de expectativa política tan marcada, en tiempos, digamos, post modernos, estaría dado por el hecho de que ya vivimos en una sociedad liquida o en una primacía progresiva de la multitud sobre el concepto de pueblo.

El marco teórico de la multitud
La idea de la funcionalidad de la multitud se basa en la crisis del concepto y realidad histórica de la entidad pueblo. Ya que pueblo se conforma sobre la base de una identidad y comunidad de ser y sentido básico que prevalece en todo momento sobre las diferencias individuales. Entonces, mientras que en el pueblo hay más unidad identitaria que engloba a la individualidad, en el de multitud hay afloramiento de más singularidad y menos identidad en una idea común identitaria.

Así, en la idea de pueblo, la gobernanza es más consistente y estable porque la idea de pueblo ya viene dada históricamente por la tradición, en base a un gran contenido de ideas comunes que se dan por sentadas, lo que hace que funcione como un ordenador social muy efectivo. En cambio, en la idea de multitud prima el plano de las singularidades que demandan adecuación de la política a cada singularidad o grupo disperso de singularidades, y, no al revés. Por eso es más compleja la labor de proporcionar respuestas satisfactorias a la multitud, ya que pide concreciones singularizadas en lugar de respuestas genéricas colectivas al estilo de los grandes relatos y proyectos.

Entonces, como la multitud es pluralidad de singularidades el sistema de partidos ya no tiene que tratar con una idea de pueblo como ancla genérica aplicable a las muchedumbres, sino, con muchas individualidades singularizadas que demandan por sí mismas o agrupadamente a los sumo, pero que son refractarias, en todo caso, a la voz que viene desde el exterior y desde arriba.

El marco teórico de la sociedad liquida
Desde el marco teórico del carácter liquido de la sociedad se propone como explicación de la volatibilidad política, el hecho de que la sociedad ha cambiado con las transmutaciones de la modernidad industrial y post industrial. Entonces, la aceleración de la base material lleva a que prime el instante sobre la perspectiva más histórica del sujeto. Donde viene a descollar el individualismo desanclado del relato político estructural. Así, las relaciones sociales se han convertido en algo temporal e inestable por definición, careciendo de todo aspecto sólido provocando crisis de las normas fijas institucionales tradicionales. Todo lo que tenemos es cambiante y con fecha de caducidad, en comparación con las estructuras fijas del pasado. En este sentido el avance de las tecnologías de la comunicación y de la información en un marco de globalización creciente han hecho de las diferencias nacionales, también, algo irrelevante, de modo que la formación de subjetividades corre a una velocidad aún más vertiginosa y sin tamices de tipo cultural local u originario.

> Frentes o alianzas
En el transcurso del tiempo los partidos políticos cada vez más debieron recurrir a hacer frentes o alianzas, donde los intereses y las doctrinas de cada uno, debió forzosamente unirse a otras fuerzas análogas afines. Debido a que es cada vez más difícil retener una pluralidad con personalidad doctrinaria propia, de modo constante. Esa lógica de alianzas ha sido forzosa porque cada parcialidad por si misma advertía la dificultad creciente para ir con éxito a conquistar adhesiones yendo por separado.

Sin embargo, ahora, tampoco alcanza con la amalgama en alianzas y frentes porque, persiste la falta de pertenencia política, y, en su lugar, prima la dispersión y la emigración de preferencias en cada elección sucesiva.

Por ejemplo, esto explica que cuando hay una decepción ciudadana con una fuerza política en el gobierno, dicha falla de expectativa, no hace crecer necesariamente al sistema de partidos, sino que hay una fuga, y, cada vez mayor, al voto en blanco, o, ha la lisa y llana abstención.

Por el Dr. Mario Alfredo Luna
Abogado, Ex Pte. del Concejo
Deliberante de Jáchal