La actividad de las plantas frigoríficas, al igual que el número de bovinos faenados durante 2010, mostraron la peor performance de los últimos siete años tras no lograr cumplir con el esperado techo de 12 millones de cabezas previstas para faenar en todo el año.

Esto lo indicó un informe de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), que indicó que para 2011 se pronostica una "menor" faena a la registrada el año pasado debido a la seca que afecta gran parte de las regiones agroganaderas argentinas.

Según los especialistas, la decisión de los productores de no remitir animales para su faena durante el primer semestre del 2011 estará dada por "la retención obligada de vientres que harán los productores ganaderos para recomponer sus rodeos".

La situación afectó el desempeño de la actividad industrial de los frigoríficos, que con las trabas registradas a la exportación exhibieron un recorte en su producción que los llevó a los niveles más bajos registrados en los últimos siete años. Sin embargo, contra todos los pronósticos de mercado, el mes de diciembre cerró con una reducción en el precio de la hacienda en todas las categorías: tanto para invernada como para el consumo.

Así se rompió con la tónica observada durante el segundo semestre de 2010, en la que el consumo interno no terminó de convalidar los precios en alza que exhibió la carne en las góndolas. Esto llevó a disponer la sustitución por otros productos como el pollo.

El precio promedio de la carne al consumidor aumentó un 21% durante el último trimestre de 2010 respecto del tercer trimestre, para alcanzar en diciembre un valor promedio superior a los $29 por kilo de carne bovina. El corte que mayor incremento registró fue el asado, con una variación del 27%.