El precio de los combustibles en San Juan en estos dos últimos meses que rige el ‘’congelamiento’’ trepó un puñado de centavos, y fueron Shell y la estatal YPF las que dieron la nota, con subas promedio del 3,49 y 3,13%, respectivamente. Por ejemplo, la nafta súper aumentó hasta un 4,71% (en el caso de Shell), por lo que llenar el tanque de un vehículo -de unos 46 litros- pasó de 350,98 pesos a 367,95 pesos. La ‘’buena’’, es que en este periodo el gasoil en dos de las compañías no varió su valor y en las otras no superó el 1,74%.
Todavía restan 4 meses de vigencia para esta medida y como los surtidores locales aún no superaron los valores tope de la región (la integran San Juan, Mendoza y San Luis) y avalados en la Resolución 35/2013 de la Secretaría de Comercio Interior -fechada el 8 de abril pasado-, los estacioneros podrían seguir elevando los precios: en el caso de las naftas, casi 7 puntos; mientras que en el gasoil, 15 puntos. Es que en la región el precio tope al momento de lanzarse la medida fue para la nafta súper 8,40 pesos, la premium 8,90 pesos, mientras que para el diesel y diesel extra, era de 8,00 y 8,50 pesos, respectivamente.
Un dato que no pasó desapercibido para el bolsillo de los automovilistas fue que la nafta súper perforó la barrera de los 8 pesos, y fueron Esso (8,09 pesos) y Oil Combustibles (8,19 pesos) las que lo evidenciaron en sus pizarras. En todos los casos, quien dio el primer paso para modificar el precio fue la petrolera YPF y luego se plegaron las otras, repitiendo la historia que se presenta desde la estatización de la ex Repsol.
Por otra parte, las que tienen un panorama todavía más complejo a la hora de hacerse con combustible son las estaciones de ‘’bandera blanca’’, o sea aquellas que salen al mercado a comprar al mejor postor, sin importar la marca. Éstas no consiguen buenos volúmenes de combustible y se tienen que resignar a comprar poco y caro, ecuación que luego se traslada al surtidor. Así las cosas, los estacioneros locales quedan en medio de un tironeo nacional que busca reposicionar a YPF, a fuerza de equiparar los precios con el de las otras compañías y así, entre otras cosas, evitar el ‘’cuello de botella’’ que se generaba cuando la brecha de precios entre YPF y las otras banderas era de hasta el 40% en algunos combustibles. ‘’El gasoil fue el que más se disparó en el último año, y en estos meses que lleva el congelamiento no sirvió porque los estacioneros seguimos teniendo aumentos en nuestros costos al igual que las compañías, y por eso lo del tope en el precio es una pantalla que tiene un problema más profundo que es la poca producción de hidrocarburos’’, apuntó por lo bajo un encumbrado empresario sanjuanino.