Ante la caída sistemáticas de las ventas, la apuesta de la Cámara de Comercio local fue recomendar a los comerciantes abrir las puertas durante el viernes en que se celebra el Día de la Memoria y, por ende, es feriado nacional.

Como resultado de eso, más de la mitad de los locales del microcentro atendió al público, sin embargo, al menos durante la mañana, se vio poca gente en las veredas y el interior de los locales.

Los cafés fueron los más concurridos, mientras que los locales de indumentaria estaban prácticamente vacíos en los de electrodomésticos hubo principalmente consulta de precios. A su vez, la mayoría de las casas pertenecientes a empresas de telefonía y una galería permanecieron cerradas.