El presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina, José "Catuco" Molina reconoció que la instrumentación del "Programa de Integración de Pequeños Productores a la Cadena Vitivinícola" -que se ideó como herramienta clave para potenciar la vitivinicultura del país- no prospera en San Juan, lo cual ha obligado a la entidad a modificarlo para evitar que se pierdan más de 7 millones de dólares en subsidios no reintegrables que están sin otorgar en esta provincia.

"Nos está costando acercar la plata al productor sanjuanino. El plan está muy retrasado en San Juan", dijo el fin de semana José "Catuco" Molina, el titular de la corporación, al mostrar los resultados de la primera etapa del programa. Al cierre del 2010, sólo 150 viñateros sanjuaninos -de un total de 1.135 que accedieron en todo el país-, se han integrado por un contrato formal de 10 años, a 7 bodegas o industrias vitícolas para procesar sus uvas.

El número es bajísimo porque se acordó que un 26% de la financiación total disponible -U$S 50 millones del BID- serían para San Juan y mientras el resto de los distritos vitivinícolas se acerca a la meta, a esta provincia le falta casi la mitad.

"Tenemos 7,6 millones de dólares para darle gratis a los viñateros. Eso equivale a una contraprestación de otros 7,6 millones de parte de los industriales asociados. O sea, ¡nada menos que 14 millones de dólares sin usar!", se lamentó Molina. "Lo grave es que nos queda un año para aplicarlo, lo que no se haga hasta marzo del 2012 se pierde", agregó categórico.

Molina le echó la culpa del fracaso principalmente a las entidades viñateras locales que no apoyaron el programa: "Han habido dirigentes de dos entidades viñateras que en vez de sumar, generaron incertidumbre sobre los beneficios del programa. Eso repercutió negativamente en la ejecución del mismo", dijo ayer.

Según Molina, los dirigentes viñateros alentaron la desconfianza y el desprestigio del plan, al punto de que sus asociados tuvieron temor de asociarse. El plan consiste en la asociación por contrato a 10 años entre viñateros y bodegueros. A los productores chicos (hasta 20 hectáreas) les da subsidios no reintegrables para transformar sus viñedos; y a los industriales, créditos a tasa subsidiada para incorporar tecnología.

Aunque no los nombró, todos saben en San Juan que Juan José Ramos -presidente de la Asociación de Viñateros- y Héctor Yanzón -hasta hace poco, titular de la Federación viñatera- no comulgaron nunca con el programa de la Coviar.

En segundo lugar, Molina también culpó al Registro Inmobiliario local por las demoras en entregar los títulos saneados de los productores, requisito esencial para acceder al programa de asociación. No obstante, Marcelo Rodríguez, ejecutor del programa en San Juan elaboró un listado de causales del fracaso (ver aparte).

El dirigente no mencionó en ningún momento la resistencia de los industriales: bodegueros fraccionadores locales rechazaron atarse a un contrato a largo plazo, según reveló un sondeo realizado por DIARIO DE CUYO el 2 de noviembre del año pasado.

Los cambios

Para intentar revertir la situación, la Coviar anunció un nuevo esquema para atraer al viñatero y concreta la integración con el industrial: Los productores van a decidir junto al industrial -originalmente sólo era este último- cómo, cuándo y dónde van a vender los vinos logrados con sus uvas. "Le hemos añadido eso al programa para generar confianza en el productor", explicó Rodríguez. "Antes el establecimiento utilizaba las uvas del productor, hacía el vino y lo vendía. Este nuevo esquema prevé que el industrial aporte parte de sus uvas en la misma proporción, elabore el vino comprometido en el plan de negocios y juntos lo comercialicen. Así, el industrial está arriesgando lo mismo que pone el productor", explicó.