La especulación y el tire y afloje de los compradores tiene al ajo sanjuanino contra las cuerdas, porque con el 90% de la producción cosechada apenas el 25% se ha comercializado debido a que, por ejemplo, el ajo calingastino, que representa casi un tercio del total sembrado esta temporada en la provincia, es comprado por exportadores mendocinos a un precio tres veces menor que el valor del año pasado y explican desde la Cámara de Ajeros que "no hay razones de mercado" que lo justifiquen. Así las cosas, los productores locales apuestan a stockear en el campo o galpones hasta que el precio repunte, que estiman será a partir de la segunda quincena de diciembre.

El exportador, último eslabón de la cadena de comercialización, es el que saca la "mayor tajada" (sucede también en otras actividades). Es que el escenario actual muestra que el productor invierte por kilo de ajo alrededor de 0,25 dólares (siembra, cuidados, cosecha, etc.) y el exportador le está ofreciendo entre 0,30 y 0,40 dólares por kilo a granel. Pero al momento de enviarlo al exterior, el precio llega a alcanzar los 2,80 dólares para un ajo de buen calibre (embalado en cajas de 10 kilos). Esto ocurre en Calingasta, donde de los 45 productores que hay, sólo uno es exportador -Héctor Gallardo- y el resto le vende generalmente a exportadores mendocinos, que hoy por hoy están muy lejos de ofrecer los 1,20 dólares de la campaña anterior.

"A esta altura, el año pasado teníamos casi todos los contratos cerrados y con la mercadería empaquetada para enviarla a Europa. Pero cuando hay crisis en el mundo, acá empiezan algunos a especular con eso y ofrecen chauchas", se sinceró el vicepresidente de la Cámara de Ajeros, Alfredo Figueroa. Con retener el ajo apuntan a elevar el precio a los 0,80 dólares, es decir menos que el año pasado pero el doble de lo que actualmente ofrecen.

En Calingasta ya los ajeros se reunieron con las autoridades municipales para pedir colaboración para proteger el ajo, que se acordona en campo con nylon (se lo conoce como "ballena") o ponerlo en cajones de madera para guardarlos a la sombra y a resguardo de la humedad. Con esto puede "aguantar" entre 30 y 60 días sin mayores problemas (el únicos sería que se deshidrata y pierde algo de peso, explican). "Una miseria es lo que ofrecen. Para venderlo a ese precio no conviene ni levantarlo. Necesitamos retenerlo lo máximo posible y así va a mejorar el precio", dijo Carlos Herrera, un chacarero calingastino que tiene 20 hectáreas. "Nuestra única opción es aguantar todo lo que se pueda y esperar que esta gente (por los exportadores mendocinos) paguen más", apuntó José Medalla, otro productor de la zona.