Para graficar lo buena que fue la venta para los ajeros este año, sólo basta comparar los números interanuales: En el 2009 el cajón de 10 kilos de ajo se vendió al exterior en U$S8, y esta temporada promedió los U$S28, es decir más del 300%.

El productor que apostó esta temporada al ajo fue muy valiente, porque el año pasado los precios con los que habían vendido sus productos habían tocado pisos históricos. En el mes de noviembre del año anterior se conoció que la superficie plantada en la provincia con ajo se había reducido en un 30%.

La temporada 2009-2010 traía consigo grandes signos de interrogación para el sector, teniendo en cuenta que recién se empezaba a percibir el viento de cola que traía la recuperación luego de la fuerte crisis económica internacional que golpeó fuerte a los principales mercados compradores de ajo y otros alimentos.

La cosecha de los "blancos" ya está terminando -sólo restan embarcar unos 5 contenedores-, pero ya casi el 95% se despachó, según la Cámara de Ajeros de la provincia.

Alfredo Figueroa, presidente de la entidad señaló que "fue una muy buena temporada y la necesitábamos porque veníamos de un año terrible que mató a varios productores y muchos optaron por no plantar o volcarse a la cebolla. Lo fundamental que apuntaló el año además de las condiciones favorables de mercado fue que el clima acompañó en los meses de noviembre y diciembre, y eso nos permitió tener un muy buen ajo, de buena calidad, que en definitiva es lo que buscan los grandes exportadores".


Mejores condiciones de mercado


Luego del impacto de la crisis financiera internacional, y el cimbronazo que generó en los principales mercados en el final del 2008 y en al menos 10 meses del 2009, todo era incertidumbre para esta temporada. La recuperación de los principales nichos comerciales hacían presagiar una mejora paulatina y sensiblemente menor a los buenos años que tuvo esta década.

Bruno Perín, productor y gerente de la Cámara de Ajeros, dijo que "el primer dato que daba la pauta que podía ser un mejor año para nuestro sector fue la posición que tomó Obama -presidente de los EEUU- para con los chinos. Les puso otras condiciones para el ingreso de sus productos y eso nos favoreció a nosotros".

Lo que dice Perín tiene un sustento matemático que lo avala: el 40% de los ajos blancos que se despachan al exterior van a los Estados Unidos, y el resto tiene como destino a Europa, con Francia, Italia, España, Alemania y Grecia a la cabeza de los compradores.

En el caso del ajo morado -se cultiva en la provincia, pero la producción es menos-, este año el gobierno provincial logró destrabar un arancel que dejaba en "jaque" cualquier intento de hacer ingresar el producto sanjuanino. Finalmente, en noviembre del año pasado el tema se solucionó.

Brasil y Taiwan son dos de los lugares donde el ajo morado tiene compradores fuertes.

El enemigo número uno que tiene el ajo y la mayoría de los alimentos y productos locales, es China: tienen extraordinarios volúmenes y precios muy competitivos para ofrecer al mundo que dejan mal parados a cualquiera de los potenciales competidores que se le pongan enfrente.


Lo que viene


Los ajeros son todavía cautelosos al hablar de lo que puede pasar en la próxima temporada.

"Realmente no me atrevo a decir qué es lo que se nos vendrá. Porque mucho va a depender de como reaccionen los mercados internacionales y también el tema del clima, que cuando viene bien nos permite buenos rendimientos y cuando viene mal nos tira abajo toda la producción", señaló el presidente de la Cámara de Ajeros de la provincia, Alfredo Figueroa.

Por su parte, Bruno Perín dijo que "no creo que porque este año fue bueno, en el próximo todo el mundo salga a plantar ajo. Si aumenta la superficie plantada, serán tan sólo algunas hectáreas. Viajé hace muy poco a Europa y noté un gran crecimiento del consumo de alimentos y espero que tenga continuidad porque eso nos va a convenir".