La escasez de agua para riego le está dando una nueva estocada al sector agrícola sanjuanino y que en este caso va a impactar en el bolsillo del productor ajero. Es que los magros volúmenes de agua que reparte Hidráulica -0,23 m3/s, cuando lo ideal serían 0,40- genera que los bulbos se estén desarrollando con calibres más chicos al óptimo, lo que acarreara inevitablemente una pérdida en el kilaje final y por ende un fuerte perjuicio económico para el chacarero -no precisaron a cuánto ascendería-, según estimó la Cámara de Ajeros de la provincia. El sector tiene un 42% de participación en los ingresos totales de la provincia en concepto de ventas de hortalizas y además es uno de los sectores que más mano de obra ocupa.
El dato alentador es que a pesar de que a inicios de la presente temporada -allá por el mes de marzo- desde el sector estimaron que el cultivo iba a reducir su superficie por los problemas con el agua, finalmente las hectáreas sembradas son las mismas que la campaña anterior: 1.750 hectáreas. El récord fue en la temporada 2006/2007, cuando se alcanzaron las 2.800 Ha. La cosecha de ajos en San Juan comienza el 5 de noviembre, se extiende por unos 60 días y ocupa a unas 5.000 personas para levantar la producción local, debido a que aún en estos tiempos la mayoría del trabajo es manual. Pocito y Calingasta son lo principales polos productivos.
“En un 50%, el calibre viene normal y en el otro 50%, no. Esto es sencillamente porque los productores que no tienen pozo de agua para regar se han visto perjudicados. Las fincas que tienen pozos se han regado normalmente y las que no tienen, no. Esto no retrasa la cosecha, porque cuando el ajo madura, madura y se arranca. El bulbo que iba a ser de calibre 7, va a ser 6; el que iba a ser 6, va a ser de 5”, explicó Juan Antonio Marreli, presidente de la Cámara de Ajeros. El dirigente agregó que “el que no ha tomado precauciones, no puede regar con lo que antes entregaba Hidráulica y menos con lo que ahora entrega. Hoy necesitamos 0,40 m3/s y nos entregan apenas 0,23 m3/s”.
En la última campaña y también debido a la “seca”, mucho del ajo sanjuanino que se envió al exterior fue de calibre 4 y 5, es decir, cabezas medianas y poco atractivas que por ejemplo para el exigente mercado europeo son miradas de reojo y negociadas a un precio más bajo, donde llega a variar -dependiendo el calibre- hasta 2 dólares por la caja de 10 kilogramos. Mientras que buena parte -los ajos más pequeños, aquellos inferiores a un calibre 4- irán directamente para ser procesados industrialmente (ver infografía).
Mercados y crisis
Bien es sabido que tanto Europa como Estados Unidos están sumergidos en una fuerte crisis económica y que, como advierten algunos economistas, tarde o temprano impactará en el país. En este sentido, el sector ajero parece hasta el momento no recibir esos coletazos, de acuerdo a que los primeros contratos que se están cerrando no traen pérdidas de volumen o precios más bajos. “Todavía no la notamos (a la crisis), los pedidos se están dando hasta acá de forma normal. Los valores de mercado vienen bien, quietos yo diría. No son valores demasiado buenos, porque son los mismos de otros años, pero creemos que va a ser un año normal en materia de precios”, comentó Alfredo Figueroa, vicepresidente de la Cámara de Ajeros.

