Las oficinas que el IPV dispuso en la planta baja del Centro Cívico se vieron ayer desbordadas. Es que fue el último día del plan de moratoria para que los adjudicatarios se pongan al día con las deudas que tienen en sus viviendas. La avalancha de interesados fue tal, que desde la repartición entregaron números para que la atención continúe el lunes. Daniel Gimeno, subinterventor del IPV, aclaró que eso no implica una prórroga del mecanismo y que esperan terminar la atención el mismo lunes.

Si bien aún no están los números finos, en la repartición calculan que recaudarán más de 80 millones de pesos entre pagos en efectivo y planes de regularización. La moratoria fue una medida excepcional que tomó la gestión uñaquista para que los adjudicatarios de viviendas regularizaran su situación y se pusieran al día, a la vez que se trató de una herramienta para conseguir fondos que de otra manera no lo hubiera hecho. En ese marco, desde el IPV dijeron que con lo recaudado construirán un barrio.