Buenos Aires 9 de abril.- Hoy al menos dos cámaras, ADEBA (de los bancos privados) y Abappra (de los públicos), estarán emitiendo un comunicado en el que anunciarán un tope del 30% anual para las tasas de interés que cobran por el financiamiento a las tarjetas de crédito. La medida supondrá un recorte de facto en torno a los 15 puntos porcentuales que cobran hoy las entidades privadas por este producto (el promedio está hoy en el 45% anual), y una extraña "estrategia" de cartelización de los bancos para bajar precios y recortar beneficios en un momento en que se incrementan sus costos de fondeo.
Hasta última hora de ayer, los banqueros afines al Gobierno esperaban la respuesta de ABA, la cámara que agrupa a las entidades extranjeras: "Si salen ellos, lo anunciamos juntos. Si no, lo decimos nosotros solos", confiaba ayer una de las fuentes del sector que se encargaba de poner a punto la iniciativa.
Los principales presidentes de ABA se reunieron la semana pasada para analizar la medida, no bien recibieron las primeras "recomendaciones" oficiales. Como el pedido no fue formal, los ejecutivos coincidieron en que no tomarían ninguna decisión hasta tanto el Banco Central no emitiera una normativa al respecto. Consideran que, si lo hicieran, no tendrían forma de explicar a sus casas matrices las razones de esta inédita estrategia: ¿a quién se le ocurriría bajar las tasas de interés activas en un momento en que suben las pasivas?, razonan. La iniciativa tiene sólo un antecendente en el sistema financiero argentino de los últimos años: el día en que, arengados por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el titular del Nación, Juan Carlos Fábrega, los banqueros acordaron ponerle un techo a la tasa Badlar (la que se paga por los depósitos mayoristas). El pacto duró dos días. Pero se diluyó luego de que las entidades extranjeras decidieran patear el tablero.
Las tasas de interés que cobran los bancos privados por las tarjetas de crédito se ubican, desde hace meses, cerca del 45% anual. Curiosamente, ya están reguladas por el Central, que determina que nunca pueden superar el 25% de lo que cobra el mismo emisor del plástico por sus préstamos personales. Los bancos que representan Jorge Brito (ADEBA) y Juan Carlos Fábrega (Abbapra) saldrán ahora a ajustar un poco más el corset de esa regulación, a pesar de que, sólo en esta semana, el costo que pagan por un depósito mayorista en las mesas de dinero se encareció: del 15,25% al 16% anual.
Desde los organismos oficiales presentarán la iniciativa como un esfuerzo conjunto de los banqueros para ponerle orden a la enorme dispersión de tasas que hay en el sector. Y que, dicen, los perjudica. También, como el efecto de la acción reguladora que puso en marcha el BCRA con la reforma a su carta orgánica, las entidades buscan anticiparse a una eventual norma que los afecte más de lo puedan soportar y, para evitarlo, son ellos mismos los que prefieren salir a instrumentar sus propias medidas de autorregulación.