La propuesta del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) de que la industria debe atreverse a hacer vino sin alcohol para diversificar el mercado (ver claves), evitar excedentes y aumentar el consumo, cosechó un amplio rechazo en el sector vitivinícola sanjuanino. Bodegueros, enólogos y productores criticaron la iniciativa e incluso recordaron que fracasó en esta provincia el plan del Gobierno en el 2017 que ofreció hasta subsidios a la industria para bajar la graduación alcohólica. La mayoría recordó que la Ley 14878 dice que vino "es el fermento del zumo de uva fresca", y al fermentar tiene alcohol.

La polémica se desató luego de que el titular del organismo, Martín Hinojosa, dijo el fin de semana pasado que hay que "acompañar los cambios" y que si cada vez hay menor tolerancia al grado alcohólico hay que ir en ese camino para sumar más consumidores, y propuso el vino sin alcohol. "Es imposible. Para qué vas a hacer fermentar un volumen que después le secas el alcohol y ya no es vino", se preguntó desde el sector industrial, Angel Leotta, al frente de la Cámara Vitivinícola. Los "hacedores de vinos" tampoco están de acuerdo. Pedro Pelegrina, titular del Consejo de Enólogos; también deslizó un "imposible". "A lo sumo se puede hacer vino de bajo grado y luego desalcoholizar, y la legislación sólo permite bajar 2 grados con métodos autorizados por el INV. Para mí es desconcertante lo dicho por el presidente del INV", señaló. Marcelo Ureta, gerente del Consejo y del Centro de Enólogos dijo que se trataría de un vino sintético como lo que hacen chinos o japoneses, y que no han tenido "tanto éxito comercial". "No puede llamarse vino si no tiene alcohol, hay que cambiar la legislación", indicó. La mayoría del sector primario tampoco recibió bien la propuesta. Juan José Ramos, desde la Asociación de Viñateros, deslizó que puede tratarse de una maniobra para cambiar la ley de vinos, y a partir de eso se está a un paso de hacer vino sin uvas, con otras frutas. "Una medida así pone en riesgo el prestigio mundial que tiene la actividad vitivinícola", dijo y recordó que en el 2002 se intentó modificar la ley de vinos para integrar el grupo de países del nuevo mundo vitivinícola que encabezaban EEUU e Inglaterra, que se separaron de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). Dijo que Argentina se salió de la OIV y pasó a integrar este grupo con otros países, hasta que en 2013 el país volvió a la OIV. "Hoy, ante la caída de producción y reducción de sobrestock, andan pensando qué hacer para no pagar por la uva lo que corresponde", dijo Ramos. En igual sentido se expresó Eduardo Garcés, desde la Federación viñatera: "Creo que es para no pagar la uva a lo que corresponde, y podrán hacer vino con otra cosa", dijo al ser consultado.

Hugo Carmona, vicepresidente del INV, defendió la postura y dijo que todo lo que sea diversificar es buena idea. "Además, todo lo que sea por debajo de los 5 grados de alcohol es considerado bebida a base de vino, como el vermouth", dijo. Pablo Martín, de la Mesa Vitícola, lo apoya. "Estamos de acuerdo en este tema de ampliar la oferta de vinos sin alcohol, siempre que salga sólo de la uva", opinó.

Qué propone el INV

Diversificar

El titular del INV dice que para diversificar la industria del vino hay que incursionar en la elaboración de vino sin alcohol como una alternativa.

El negocio

El negocio de "la sed" significa 33.000 millones de litros anuales y la vitivinicultura no llega al 3%. El resto es bebidas colas, cerveza, aguas saborizadas y mate.

Jóvenes

Dicen que hay que revertir la caída del consumo y generar nuevos envases y bebidas a base de vino, para tratar de acercarlo al público joven.

Tendencia

Señala que la tendencia mundial busca bebidas con menos alcohol, y que se debe apuntar a eso, como el café descafeinado y la cerveza sin alcohol.