Para los bodegueros hoy la mayor preocupación pasa por la sostenida pérdida de competitividad en dólares en sus ventas al exterior que por el impacto en el consumo que pueda acarrear la actual crisis de Estados Unidos, el destino del 60% de las exportaciones locales de vinos fraccionados.

‘‘Todavía desconocemos qué impacto tendrá la crisis financiera norteamericana; pueda que exista una recesión de consumo, pero en la crisis anterior, la del 2008; Argentina recicló muy bien ese factor y ahora también puede fortalecernos. En cambio la pérdida de competitividad sigue sostenida y ya está causando impactos negativos’’, sentenció Carlos Pujador, Gerente administrativo y de Finanzas de Casa Montes.

‘‘No hay demasiada preocupación, aunque sí se está observando lo que pase en ese mercado, que es el principal. La pregunta es ¿qué va a pasar con la crisis, se va seguir consumiendo lo mismo?. Pero el aumento de costos de los insumos internos, frente a un dólar planchado realmente preocupa más, va en contra de los industriales’’, agregó Manuel Prieto, desde la agencia Calidad San Juan.

A cualquier bodeguero exportador que se le consulte, la combinación de una suba sostenida de los costos en pesos, y un tipo de cambio prácticamente anclado en torno a los 4 pesos se convirtió en la mayor amenaza para el vino argentino al exterior. ‘‘No podemos trasladar los aumentos de costos a los precios de exportación, porque los estadounidenses son poco propensos a ajustar precios. Así el bodeguero va paulatinamente perdiendo competitividad’’, agregó Pujador.

En lo que va del año los insumos para bodegas de vinos de alta gama -corchos, tapones, etiquetas y botellas- han tenido incrementos que superan el 30% respecto al año pasado, mientras que los valores FOB de exportación se han mantenido, explicaron en el sector. Eso ha tenido una consecuencia que ya se está evidenciando en la industria: La pérdida de valor agregado.

‘‘Este año muchas exportadoras de vinos genéricos se han inclinado a vender a granel y abandonaron el fraccionamiento en esos tipos de vinos de menor valor’’, afirmó Pujador. En ese sentido, los datos del INV lo muestran claramente: El volumen de vinos genéricos fraccionados mostró una retracción de 19, 8% en junio último en relación a igual mes de 2010 y bajó un 2,9% en el semestre 2010 vs. 2011.

En cambio la exportación a granel -que es un producto de menor valor agregado- subió muchísimo: en junio de 2011 se exportaron 32.948.000 litros, un 695% más que los 5.970.000 de igual mes del año pasado. En el acumulado de los seis meses de 2010 y 2011, los graneles marcan el paso con un crecimiento del 101%. ‘’Si el crack es financiero, como ellos importan sus productos sin instrumentos financieros, no se espera ningún impacto en la compra. Sí puede existir una recesión en el consumo, pero eso sucedió en la crisis anterior del 2008 y Argentina lo recicló bien: En ese momento las exportaciones no cayeron y por el contrario se beneficiaron los vinos de alta gama porque la gente dejó de salir a comer afuera pero no se privó del gusto de descorchar una botella’’, recordó Pujador.

Para la industria del mosto el panorama es igual: ‘‘El mosto alcanzó este año el precio más alto de la historia. Cualquier país con menos inflación puede mejorar nuestros precios y competir‘, dijo Sergio Colombo, gerente de la Cámara de Exportadores de Mosto.