Un par de semanas atrás se conoció que San Juan, entre las provincias vitivinícolas, marcha casi a la cola en el reparto de los subsidios que realiza la Coviar de su proyecto de "Integración de Pequeños Viñateros a la Cadena Industrial": De casi 58 millones distribuidos en 4 provincias, apenas 8 millones fueron asignados a San Juan simplemente porque no hay interesados.
La Corporación diseñó un plan para lograr el asociativismo de la cadena, y reparte fondos que no se deben devolver, a grupos en los que se asocien para hacer negocios un industrial vitivinícola -léase bodega, pasera, mostera, etc- con un grupo de viñateros. Deben además sellar la sociedad firmando un contrato por 10 años para que éstos entreguen sus uvas, y las industrias a pagárselas a un precio justo. Pero en San Juan la idea no prende.
DIARIO DE CUYO intentó una sondeo entre cinco bodegas representativas para indagar sobre las razones y encontró respuestas en voz baja, porque los industriales no quieren salir a cuestionar el plan estrella de la Corporación que rige los destinos del vino en el país. El principal escollo que destacaron es el requisito de obligarse a un contrato a largo plazo con los productores. Todos los consultados dijeron que prefieren un crédito, en vez de un subsidio que los ate a comprar uva a terceros por 10 años, en un mercado fluctuante, donde las bodegas sanjuaninas -muchas tienen viñedos propios- tienen que salir a comprar algunos años y otros no. Después explican otras razones, tales como que los viñateros no están preparados para lograr uvas de calidad en forma sostenida, hablan de individualismo versus cooperativismo, etc.
"La gente en San Juan no acepta las cooperativas, desde cuando estaba la Cavic (cooperativa estatal que quebró en los "70). Además, supongamos que a mí me va mal, o que el mercado se achica ¿qué hago con el viñatero? Y los viñateros tampoco quieren, ellos dicen ¿cómo me voy a casar con éstos si no sé si me van a pagar, o si me van a pagar bien?", explicó un histórico bodeguero, de tradicional familia vitivinícola. "Yo siempre compro algo fuera de mi producción pero ¿Cómo voy a atar a un viñatero que tiene en sus uvas su fortuna personal, a que me venda a mí, y si dentro de 10 años ya estoy muerto? Tenemos ejemplos de sucesores que no supieron llevar la firma!", agregó.
De distinta generación, pero en consonancia, un joven gerente de una bodega exportadora familiar de renombre agregó: "Tenemos un nivel de evolución comercial bastante incipiente. Si bien llevamos un desarrollo comercial sostenido, no tenemos perspectivas para asumir compromisos a largo plazo con los productores". Y agregó que "estamos en un mercado muy fluctuante, aún cuando en vinos varietales la tendencia es hacia el crecimiento del consumo. Pero estos planes están previstos para realidades de industrias de otro tenor. En vitivinicultura hay muchos altibajos coyunturales, uno es el de exportaciones atadas a un tipo de cambio y como no tenés perspectivas a largo plazo, tampoco podés asumir compromisos a largo plazo con proveedores", aseguró.
"Hay un individualismo muy marcado, y en San Juan no confiamos en las cooperativas", opinó escueto, un bodeguero también tradicional de la provincia.
"Sí, hay mala experiencia en cooperativas, y no tenemos gran capacidad en las bodega como para comprometernos a largo plazo", agregó un reconocido exportador de varietales. "No puedo estar obligado a comprar a 10 años al viñatero si no sabemos si los precios en uno o dos años nos van a favorecer o no. Nosotros somos compradores dependiendo del año, a veces nos arreglamos sólo con nuestra producción a veces compramos a terceros. La idea no es mala, pero los viñateros tampoco quieren comprometerse porque ellos después andan de bodega en bodega preguntando quién paga mejor precio", se despachó.
Otro bodeguero exportador sanjuanino cargó las tintas sobre los viñateros: "Participé en uno de los únicos convenios que se firmó aquí, con Fecovita, y el planteo más fuerte que hacían los productores, aunque fuese un subsidio, es que "quedo atado a entregar mi producción por equis años", ellos tampoco quieren", aseguró.
En San Juan apenas se han formado siete planes asociativos, entre 7 establecimientos industriales y 146 productores.
"Tiene un armado inteligente pero es demasiado estructurado para la realidad económica nuestra, hablar de 10 años en esta industria es un plazo muy largo y por eso muchos no lo han comprendido. Debe haber cierto afecto societario y si ambas partes no lo sienten así, es difícil de lograr", agregó el joven directivo.
