Muchas personas ni siquiera saben que existen, otros recién empiezan a conocerlos y un gran porcentaje ya es habitué cliente de los supermercados chinos en San Juan. En los últimos tres años hubo un desembarco importante de negocios: se calcula que ya hay entre 10 y 12 locales distribuidos en el Gran San Juan y hace tres años atrás eran apenas 3. Tienen precios muy bajos y su publicidad es a través del "boca a boca".
Muchos de ellos llegaron directamente de China y eligieron a San Juan, otros primero se asentaron en Buenos Aires y trabajaron como empleados con algún familiar y luego de ahorrar algún dinero iniciaron su propio supermercado. Conocen el rubro y a pesar que ante cualquier consulta "disparan" con "hablo poco español", conocen como atraer al cliente y poder sacar el mayor de los réditos a su negocio.
Kong llegó hace tres años a la provincia junto con su marido y tres hijos, instalaron un local en Rawson con el nombre de "Pekín". Con un discreto español dice que "les va bien" y que "viene mucha gente". Son reacios a dar muchos datos sobre cómo se manejan, pero reconocen que trabajan más de 12 horas diarias. Kong comentó que en China trabajó en un kiosco y que sabe cómo "manejar un negocio para que les vaya bien". Son rutinarios y según cuentan, su vida está dedicada exclusivamente al trabajo y el esparcimiento es casi nulo.
Es llamativo observar en supermercados chinos precios muy bajos en artículos puntuales. La explicación que ellos dan es que no tienen mucho personal, porque al trabajar en familia ahorran en ese ítem y les permite mejorar la competitividad en los precios. No se "casan" con ningún proveedor de mercadería y algunos de ellos compran en Buenos Aires mercadería más barata. Los locales donde instalan sus negocios son relativamente precarios, no se preocupan por el confort y ninguno tiene aire acondicionado, además tres de los cuatro locales visitados por este diario tenían techo de chapa y su estructura se asimila a la de un gran galpón, generando en su interior un ambiente sofocante.
Estrategia comercial
Sólo utilizan el "boca a boca" para hacerse conocer. No canalizan sus bajos precios a través de la publicidad y se limitan a cobrar a cada cliente la mercadería y no entablan relación alguna.
En Chimbas -25 de Mayo al 900- está desde hace ya un buen tiempo el Supermercado Rubí, que también está regenteado por chinos. Una mujer y un hombre se dividen las tareas de atención al público y reposición. Cuando este cronista ingresó al local se observaba claramente el buen manejo del castellano que tenía el hombre -no quiso dar su nombre-, aunque al momento de consultarle sobre la posibilidad de una entrevista parecía que apenas balbuceaba el español. Su "desconocimiento" del idioma es una forma bastante común que tienen los comerciantes chinos para evitar mayores explicaciones.
No se preocupan por la estética del "super", sólo apuestan a tener las góndolas llenas y todas con precios. Tienen variedad de productos y apuestan a una rentabilidad baja por artículo, que les permite atraer a los clientes con precios económicos, aunque no siempre con marcas conocidas.
Los supermercados chinos se ubican en zonas más humildes y populosas, donde el buen precio atrae más que la marca reconocida.
Recién llegados
Liya y su marido llegaron de China hace apenas dos meses y están a punto de inaugurar un local en una ubicación importante, Libertador a metros de Rawson, Capital. Parecen no conocer el idioma aunque se muestran sonrientes cuando se les consulta porque eligieron San Juan para instalarse: "Lindo, lindo. Nos gusta mucho este lugar y por eso vinimos con mi esposo y mis dos hijos". En la puerta del local se observa un cartel grande que solicita repositores y carniceros. Hoy están las góndolas vacías, pero en unos días más será otro eslabón más del "desembarco chino" en San Juan.