El estudio de los investigadores del Instituto Minero de la Facultad de Ingeniería de San Juan presentado ayer detalla que la explotación no convencional de petróleo en el yacimiento de esquistos bituminosos de Rincón Blanco, en Calingasta, demandará una inversión inicial de 250 millones de dólares para realizar el rajo y la planta piloto, totalizando 600 millones de dólares en los 30 años de explotación del proyecto. Además, el estudio de factibilidad indica que a partir del tercer año empezaría a producir 7 millones de barriles de crudo por año, y en base a las reservas disponibles se alcanzaría una producción total de 220 barriles de petróleo extraído de forma no convencional en los 30 años. En base a esos datos, y teniendo en cuenta los procesos de destilación y refinamiento al que hay que someterlo, se obtendrían aproximadamente de cada barril unos 74 litros de naftas, lo que representaría una producción de 16.280.000.000 litros en la vida útil del yacimiento, volumen suficiente para abastecer durante 22,6 años el consumo total actual de la provincia de San Juan. Según el titular de la Cámara de Expendedores de Combustibles, Bernardo Turcuman, la provincia consume anualmente unos 720 millones de litros de combustibles anuales, entre población, minería y agroindustria. Todos estos detalles, además de las ventajas del desarrollo que tiene el proyecto sanjuanino, fueron presentados ayer oficialmente por directivos de la firma Rincón Blanco -Juan Bautista Piaggio, director de la firma y César Gioja, apoderado- acompañados por los especialistas del Instituto de Investigaciones Mineras a quienes se les encargó el estudio de factibilidad del yacimiento de esquistos bituminosos sanjuanino. Si bien el estudio concluyó que el proyecto es viable técnica y económicamente, en el Gobierno tienen dudas de las posibilidades del antiguo proyecto que fue abandonado en la década del ‘70 por Yacimientos Carboníferos Fiscales. Altas fuentes del Ministerio de Minería indicaron que se van a ocupar de conocer el contenido del estudio, ‘’sobre todo los aspectos concernientes al valor calórico que tienen las reservas y cuánta energía hace falta para la explotación’.

LAS CONCLUSIONES
El escepticismo oficial contrasta con el entusiasmo de los investigadores y los dueños de la concesión minera de esquistos, quienes ayer indicaron que a fin de año, cuando otra consultora entregue conclusiones del negocio petrolero, se convocará a una licitación a oferentes públicos y privados interesados en invertir en el proyecto.

Con respecto al flujo de caja del proyecto, el economista Américo Clavel explicó ayer que teniendo en cuenta que a partir del tercer año se iniciará la extracción de 7.481.250 barriles anuales ‘’y con el criterio más pesimista el barril tiene un costo de 70 dólares’’ (actualmente es de U$S 107), la facturación anual será de 523.687.500 dólares’’. Agregó que luego de tres años las ganancias serán de 250 millones de dólares con la misma facturación y costo, y que se puede completar el retorno del capital invertido en el tercer año. ‘’El TIR, que es el flujo de ingresos menos el flujo de egresos, es del 49,9% mientras que para un cultivo agrícola como el olivo o el viñedo, es de 3 al 4%’’, explicó. Rincón Blanco se trata de una concesión minera otorgada en 1983 de esquistos bituminosos como los del yacimiento Vaca Muerta que opera YPF en asociación con Chevrón en Neuquén y Mendoza. Rincón Blanco posee apenas un 10 a 15% del potencial de ese megayacimiento, pero beneficios extractivos que lo hacen más económico. El principal es que en lugar de estar enterradas a más de 2.000 metros de profundidad, el yacimiento local está a flor de piel, y se puede explotar a cielo abierto lo que elimina totalmente la posibilidad de ‘fracking’ tan cuestionado por ambientalistas, que consiste en la inyección de grandes cantidades de agua caliente para sacar petróleo. Además, hay energía eléctrica disponible a 17 km del yacimiento, localidades cercanas que pueden proveer mano de obra y no se necesita construir un campamento.