En el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) ya se tomó la decisión de aumentar el valor de los préstamos individuales para la construcción y terminación de casas y sólo resta definir con exactitud el porcentaje. Actualmente, el monto de los créditos es de 150 mil pesos y el interventor de la repartición, Martín Juncosa, estimó que llegaría a los 200 mil pesos, lo que equivale a un 33% de incremento. El nuevo valor se aplicaría en noviembre y responde a una actualización por el incremento de los costos de la construcción.
Dentro del plan de obra pública que encaró la gestión giojista, la edificación de viviendas ha sido uno de los puntales. Así el Gobierno llevó adelante la erradicación de villas y su mudanza a nuevos barrios, y para la demanda de la clase media puso a disposición y adecuó los valores de la llamada asistencia financiera individual. En octubre del año pasado, Gioja anunciaba que el monto de los créditos para vivienda que otorga el Estado trepaba de los 100 mil a los 150 mil pesos (ver recuadro). Y en ese contexto, el Gobernador ofreció una serie de terrenos a la Nación para que implemente el plan Procrear, el cual también contempla préstamos hipotecarios para la construcción de casas.
En el caso de la operatoria del IPV, el requisito ineludible es contar con un terreno para levantar el hogar o terminar la vivienda que quedó inconclusa. Se trata de una alternativa para la clase media ya que por medio de ese mecanismo el interesado obtiene financiación a través del Estado y no tiene que esperar un sorteo como sucede con los barrios que entrega la repartición.
Juncosa aseguró que “estamos estudiando el aumento del monto, que estaría alrededor de los 50 mil pesos”. El interventor del IPV explicó que están buscando una cifra que tenga en cuenta el incremento inflacionario de los índices de la construcción, como los materiales, insumos y mano de obra. Por eso, ese incremento del 33 por ciento es el más cercano a los valores actuales, destacó. En el caso de que el préstamo llegue a los 200 mil pesos, se trata del monto máximo que puede entregar el IPV, lo que a su vez implica que para acceder a ese valor, se producirá un ajuste (que está en análisis) del ingreso mínimo que debe acreditar el interesado y de la cuota que debe pagar para devolver el crédito. Actualmente, para acceder al préstamo más alto, el de 150 mil pesos, la persona tiene que poseer un salario mínimo de 5.600 pesos para una financiación a 20 años o un sueldo de 4.800 pesos para una financiación a 30 años. En el primer caso, la cuota mensual es de 1.118,36 pesos, mientras que en el segundo, es de 948,10 pesos. De todas formas, esos son los créditos más elevados y el interesado puede solicitar un préstamo menor.
“Si el aumento se produce, lo que no cambiará es la tasa de interés”, resaltó Juncosa. Ésta se encuentra en un 5,5 y un 6,5 por ciento anual, dependiendo de los plazos de financiación y de la categoría de la vivienda. El exinterventor del IPV y actual secretario de Obras, Vicente Marrelli, definió a la tasa que entrega el organismo como “social” frente a otro tipo de préstamos que se realice en cualquier entidad bancaria, en la que suele ser mucho más alta.
Luego de demostrar la propiedad del terreno y de aprobar la solicitud del IPV, el interesado recibe un anticipo para empezar a construir. Al llegar a un 20% de la obra, el Instituto le entrega el 30% del monto. Cuando alcanza el 50% de la ejecución, la persona recibe otro 30% y al llegar al 80% de lo pautado, le pagan el resto del desembolso. Para la construcción de la casa, el organismo sólo financia la edificación de los 80 m2, pero una familia puede especificar en el proyecto una ampliación a futuro, teniendo como tope la medida de 150 m2, cuya diferencia se hace cargo el propietario.

