Uno de los investigadores que desarrolló el sistema, Andrés Romero, muestra el dispositivo que regula el consumo de luz.

La necesidad de reducir el consumo de energía se profundizó con el tarifazo y la tecnología está brindando buenas alternativas en la provincia. Un grupo de investigadores del Conicet que trabajan en el Instituto de Energía Eléctrica de la Universidad de San Juan desarrollaron un sistema de iluminación inteligente para regular el consumo de las luces, que les ha permitido reducir el consumo eléctrico hasta un 80%, lo que ayudará a aliviar el gasto en edificios ahora que las tarifas de energía están por las nubes. El sistema ya está funcionando en ese instituto, el próximo paso es instalarlo en la Facultad de Ingeniería, y se iniciaron las conversaciones para incorporarlo al Centro Cívico, según adelantó Andrés Romero, uno de los precursores del sistema y docente del organismo. Junto a otro doctor en ingeniería eléctrica como él -Maximiliano Martínez- y un grupo de estudiantes de grado gestaron el nuevo invento que se basa en una red de sensores y una plataforma de control inteligente que permite gestionar varios dispositivos en todo el edificio. Lo que hace el sistema (ver infografía) es medir continuamente la intensidad de la luz en función de las necesidades y cantidad de usuarios que están en la sala donde está instalado, además de las condiciones ambientales, lo que permite reducir de manera notable el consumo eléctrico. Si el sistema inteligente detecta que está nublado por ejemplo, aumenta la intensidad de la iluminación; y si el día está radiante, las reduce automáticamente. Del mismo modo, a través de los sensores con que cuenta, al detectar mayor presencia humana aporta la luz necesaria para un confort visual óptimo (unos 200 lux), mientras que cuando no hay gente, la reduce a una luz de emergencia (50 lux). El dispositivo central puede intervenir en varios dispositivos por lo que el sistema no se limita a pequeños espacios sino que puede destinarse a grandes inmuebles. Romero explicó que el proyecto surgió en el año 2017 de una tesis de grado, con el objetivo de desarrollar ""un producto útil para la sociedad y aplicable inmediatamente". Tras cambiar los tradicionales tubos fluorescentes por tiras LED lograron reducir de inmediato un 50% el consumo. Detectaron que la nueva iluminación tenía demasiada intensidad (500 lux) y con el sistema inteligente la bajaron a 200 lux, logrando un ahorro extra de 20%. Cuando el sistema detecta ausencia de gente se coloca en "luz de emergencia" y ahorra otro 10% llegando así a un ahorro del 80% desde el escenario original con tubos fluorescentes. El proyecto se terminó en diciembre de 2017, demandó una inversión de 40 mil pesos y fue financiado mitad por la Universidad Nacional de San Juan y mitad por la Secretaría de Ciencia y Tecnología. El grupo ahora está inmerso en el desafío de hacerlo autónomo y (ver recuadro), con el uso de paneles solares.

Eficiencia energética
 

Los espacios públicos, como por ejemplo las unidades educativas requieren por norma un nivel de iluminación de 200 lux (lux: unidades de intensidad de luz). Al realizar el reemplazo de la luminaria de tubos fluorescentes por tiras LED se lograron 500 lux. Para ahorrar más aun, el sistema lo que hace es reducir la intensidad a lo que indica la norma, sensando la luz artificial como la natural para lograr mayor eficiencia.

Paneles solares

30 son los paneles fotovoltaicos que se colocarán en el frente del Instituto de Energía Eléctrica para que generen la energía para iluminar el edificio. El sobrante se inyectará a la red.

La segunda etapa está en marcha


Debido al éxito de la primera parte del proyecto, no fue difícil lograr la financiación para desarrollar la segunda parte del sistema. Entre 2018 y 2019 el grupo está trabajando en lograr una ""red microeléctrica autónoma", alimentada con paneles solares. Ya están en proceso de adquisición 30 paneles fotovoltaicos que se colocarán al frente del instituto, conectados a un banco de baterías que alimentará la iluminación del edificio. Una vez que estén listos, el ""sistema de iluminación inteligente" ya no va a requerir energía de la red, sino que va a funcionar en forma autónoma. ""En cambio, sí va a haber un excedente de energía, con lo cual también adquirimos un inversor para poder inyectar lo que sobre a la red de electricidad y aplicar a otros consumos", explicó Romero. El especialista detalló que los paneles solares insumieron una inversión de $250 mil, las 16 baterías costaron $70 mil y el equipo electrónico que permitirá el vínculo entre las baterías, los paneles fotovoltaicos y la red, suman otros $40 mil. "Son montos grandes, pero accesibles para una institución más ahora con el tarifazo", dijo Romero.

Avance para 3 proyectos de energía


La Compañía Administradora del Mercado Eléctrico (CAMMESA) asignó prioridad de despacho de energía eléctrica para realizar inversiones de contratos a término en energía eólica y solar y tres proyectos sanjuaninos, por 55MW; resultaron beneficiados. Se trata de los proyectos Tamberías, en Calingasta; a cargo de Latinoamericana de Energía SA, por una potencia de 3.0 MW. También esta el Tocota Solar 1, de Isla Pawer SA, con potencia de 50 MW, y Los Diaguitas, de Latinoamericana de Energía SA, con potencia de 2.0 MW, en Albardón. Esta garantía del acceso a la red de transporte que otorga Cammesa permite a los inversores negociar con los clientes el precio por la venta de energía a largo plazo, así como buscar el financiamiento con los principales bancos involucrados en la industria.

Para su adjudicación se consideraron principalmente tres factores: el proyecto con el menor plazo programado de habilitación comercial; el que tenga el factor de planta más alto; el que solicita menos beneficios fiscales. De esta manera, los generadores podrán salir a comercializar energía renovable a largo plazo con petroleras, aceiteras, supermercados, etc.