Cuando la plata no alcanza los sanjuaninos se las ingenian para poder ahorrar todo lo posible. Con la clara pérdida de poder adquisitivo que hubo en este primer trimestre, de la mano de la devaluación y posterior corrida inflacionaria, más personas volvieron a recurrir a los ‘’todo suelto’’, según dijeron a DIARIO DE CUYO cinco comerciantes, con locales en los departamentos de Capital, Rawson, Chimbas y Pocito. Estos negocios venden alimentos y artículos de limpieza y tuvieron su época de esplendor en las peores crisis del país, en especial la de 2001-2002. Lo más curioso -dicen los empresarios- es que gente de un poder adquisitivo alto también se suma como cliente. La clave está en los precios, que en algunos casos son hasta 3 veces más baratos, por ejemplo un desinfectante que por litro cuesta 5 pesos si se lo compra suelto, envasado está a 9,20 pesos el de 450 Ml; o los porotos que cuestan 30 pesos el kilo, y que envasado, por 400 grs, están en 19 pesos. Eso sí, hay que tener algunas precauciones a la hora de adquirir, fundamentalmente, alimentos sueltos (ver aparte).

‘’En el último tiempo viene gente de todo tipo. Desde un empresario que manda a un empleado a comprar los artículos de limpieza para todo un mes, hasta una ama de casa que trae la botellita chica de gaseosa para que le vendamos detergente. Esto es muy común cuando empieza a darse un escenario de crisis o inflación, este tipo de rubros hacen las veces de termómetro’’, comentó Juan Rojo, de la firma Pino Sol -Mendoza y Sabatini, Rawson-, con casi 40 años en el rubro. Los ‘’todo suelto’’ -por lo general- no venden primeras marcas, sino alternativas y las comercializan, por ejemplo, como ‘’jabón líquido tipo Ariel’’, con la clara idea de emparentar las características del producto a una marca conocida, esto también ocurre con los alimentos.

Rosa Suárez es clienta habitual de un ‘’todo suelto’’ cercano al Hiper, en Capital: ‘’Antes venía de vez en cuando, pero subió tanto la mercadería que empecé a comprar el jabón, el detergente, el desinfectante y hace un tiempito que también compro lentejas y porotos sueltos. Me acuerdo que en el 2001 siempre recurría a este tipo de negocios, porque lo que uno busca es ahorrarse unos pesos en los gastos diarios’’, dijo.

Loly Martín tiene su local -La Esquina Tradicional- en lateral de Circunvalación y Scalabrini Ortíz, zona de mucho movimiento, y lo puso allá por el 2001. Reconoció que ‘’ahora se paran camionetas y autos que hace unos meses no venían’’, aunque aclaró que ‘’no es el boom de gente que venía cuando fue la crisis de De la Rúa. En esa época la gente compraba para no morirse de hambre, ahora lo hace para ahorrar algo de dinero’’.

Los municipios no manejan estadísticas de cuántos locales ‘’todo suelto’’ hay, en virtud que las habilitaciones los encuadran bajo la figura de ‘’almacén o despensa’’, sin que se conozca con precisión si se trata de un negocio que venda alimentos y artículos de limpieza suelto, o no. De todas maneras, las fuentes consultadas hacen mención a que se ‘’volvieron a poner de moda’’. ‘’Acá en Rawson hay varios, la mayoría de artículos de limpieza. Nosotros vendemos desde puflitos sueltos hasta lentejas o porotos, pasando por fideos y harina’’, apuntó Omar Narváez, comerciante de calle Perona, entre San Roque y Amán Rawson. Por ejemplo este negocio vende el kilo de harina suelta a 7,50 pesos, cuando una de primera marca en los negocios de barrio está por encima de los 10 pesos. ‘’Hay productos donde conviene más y otros menos’’, agregó.