Con las últimas cifras dadas a conocer por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y confirmada una merma en la cosecha de uvas del orden del 15,4% en San Juan, al pasar de 444,3 millones de kilos recolectados en la vendimia pasada a los 375,9 millones de kilos de ahora, sigue la discusión en el sector por los precios. Es que los viñateros sostienen que con la caída deberían mejorar los valores del kilo de uva en las liquidaciones, mientras que desde el sector bodeguero sostienen que no dan los márgenes para aumentar los montos.

La discusión se da cuando está finalizando la cosecha más baja en al menos 63 años, contando que hay cifras disponibles del INV desde 1960. Y para encontrar una cifra similar en los últimos años a la de ahora habría que remontarse al 2016, cuando salieron de los parrales un total de 446,4 millones de kilos.

En una reunión en Mendoza, el 20 de enero pasado, representantes de entidades vitivinícolas de San Juan y de Mendoza acordaron pedir entre $110 a $115 por el kilo de uvas comunes para vinificar para esta vendimia. Y entre $260 a $280 por las uvas blancas tipo A y entre $135 a $140 por las tipo B. En el caso de las tintas el planteo era entre $230 a $240 por las tipo A y entre $160 a $165 por las tipo B.

En la práctica se han llegado a operaciones de $100 por las uvas comunes y de $200 por las tintas, claro que en cuotas. Y en el mejor de los casos a $90 por operaciones de contado.

En medio de este panorama, Pablo Martín, de la Mesa Vitícola, sostuvo que "con este resultado la lógica indica que debería haber una mejora del precio de la uva, porque hay una disminución de la producción".

Juan José Ramos, de la Asociación de Viñateros Independientes, expresó que "es de esperar que puedan mejorar los precios porque es un hecho que hay menos uva".

Eduardo Garcés, referente de la Federación de Viñateros, manifestó que "se podría exigir al bodeguero que pague un mejor precio, conocidos los números finales, pero convengamos que va a ser difícil".

Del otro lado del mostrador, Gustavo Samper, presidente de la Cámara Vitivinícola y vicepresidente de la Corporación Vitivinícola Argentina, analizó que "es difícil pensar en una mejora en los precios porque las bodegas están trabajando al límite y encima han caído los despachos al mercado interno y las exportaciones. Veo complicado que la merma vaya a tener un efecto".

Entre las razones de la caída en la producción, en el sector mencionan una conjunción de factores, pero sobre todo los problemas climáticos. Y mencionan los fenómenos de las heladas tardías, granizo y la peor ola de calor que se recuerde en los últimos años. Y sin olvidar la crisis hídrica, que no les permitió a muchos productores regar las vides como era necesario. Además, en el marco de la crisis económica, tampoco muchos viñateros pudieron hacer las labores culturales necesarias en los parrales.

Sobre este último punto, Ramos, de los Viñateros Independientes, dice que basta recorrer las fincas de muchos departamentos para ver parrales abandonados, que en otras épocas estuvieron en producción, pero que ahora al productor no le alcanzan los recursos disponibles como para mantenerlos.

Todo este panorama se da cuando en el sector hay expectativa por el llamado dólar agro.

Mendoza
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  Son los millones de kilos de uva recolectados en la vecina provincia, la principal productora del país. Allí también sufrieron los efectos de las inclemencias climáticas, sobre todo de las granizadas.

Destino
De los 375,9 millones de kilos cosechados en San Juan, según los datos del INV, 358,4 millones de kilos fueron a las bodegas y otros establecimientos para la elaboración de vinos y mostos. Y los 17,5 millones de kilos restantes tuvieron otros destinos, como pasas.

> Los efectos del dólar agro

El anuncio del ministro Sergio Massa del denominado dólar agro, un tipo de cambio diferencial que beneficiará en particular a la oferta exportable de la vitivinicultura, cayó bien entre los productores locales, aunque la observación que hacen es que el período de vigencia será muy breve. Y la expectativa es que pueda mejorar los números de la actividad vitivinícola, en particular de los despachos de vinos al mercado externo y las cifras de las exportaciones.

La medida tiene lugar cuando se conocieron los números de los envíos al exterior del primer trimestre del año. En ese período Argentina exportó 50,4 millones de litros de vino (-22,5%). Se exportaron 14,6 millones de litros menos con respecto al mismo período del año 2022. De ese total, 39 millones (77,5%) corresponden a vinos fraccionados (-14%) y 11,3 millones (22,5%) son vinos a granel (-42,2%). El precio promedio del vino total en el acumulado enero-marzo es de 3,42 dólares/litro (+18,6%), llegando el fraccionado a 4,13 dólares/litro (+9,6%) y el granel a 0,99 dólares/litro (+18%). En el período enero-marzo ha aumentado el precio medio de los vinos varietales y sin mención varietal.

En cuanto a las exportaciones de mosto concentrado en todo el año, ascienden a 7.469 toneladas, un 58,6% menos en volumen y un 43,7% menos de ingreso de divisas respecto al mismo período del año anterior. El precio promedio del mosto concentrado en el acumulado del año llega a 1.836,5 dólares/tonelada y en marzo se comercializó a un precio promedio de 1.855 dólares por tonelada.

En el sector mencionan que las caídas tanto de vinos como de mostos en las ventas externas podrían estar vinculadas a que el sector industrial está a la espera de que entre en vigencia el sistema del dólar agro.

La medida apunta a que los productores accedan a un tipo de cambio diferencial de $300 con el fin de engrosar las reservas del Banco Central. Tras la floja liquidación de divisas en el primer trimestre, con este programa en el Gobierno nacional apuntan a que ingresen unos U$S 9.000 millones.

Una condición que deberán cumplir las exportadoras para poder acceder al flamante dólar agro es adherir con sus productos al programa Precios Justos.